Clasificación de los anfibios

Ápodos

Este tipo de anfibios se caracteriza por la ausencia de patas. Las cecilias, que pertenece a este grupo, parecen más bien lombrices que se arrastran por la tierra. Son seres de vida subterránea que habitan en galerías excavadas en terrenos blandos, lugar que casi nunca abandonan, a menos que el agua las inunde. Por lo general viven en lugares sin luz, lo que las ha llevado a quedar prácticamente ciegas, ya que su visión se ha atrofiado con el tiempo. Cuando son adultas, sus ojos están cubiertos por una capa o bolsa de piel, o también por el hueso maxilar. Entre los ojos y la nariz poseen un órgano sensorial en forma de tentáculo.

Reproducción

Entre las cecilias hembra y las cecilias macho no hay mucha diferencia. Es más, si quisiéramos distinguirlas sería bastante difícil, porque a simple vista las desemejanzas no son perceptibles. Sin embargo, el macho es el que posee un órgano que se encarga de fecundar internamente a la hembra. Normalmente, gran parte de la metamorfosis que sufren estos anfibios desde que nacen, la experimentan dentro del huevo que los cobija. Incluso hay algunas que nacen aptas para vivir de inmediato fuera del agua.

Urodelos

La palabra urodelo significa con cola visible, y es la característica principal de este tipo de anfibios. También poseen un tronco alargado y extremidades anteriores y posteriores, y sus ojos no están muy bien desarrollados o son muy pequeños y cubiertos por piel. A este Orden pertenecen los tritones, las salamandras, los proteos y las mal llamadas sirenas.

Salamandras

Salamandra, nombre común de algunos miembros de un orden de anfibios con cola —y por lo general, con cuatro patas— que engloba nueve familias, ocho de las cuales son propias de Norteamérica; muchos son similares a los lagartos. Las salamandras son normalmente inofensivas para el ser humano.

La salamandra común se encuentra generalmente en el norte de África y Europa. Su cuerpo tiene una coloración con manchas anaranjadas sobre un fondo negro, o listas negras con fondo amarillo. Vive en zonas montañosas y es de costumbres nocturnas. Por lo general se las puede observar después de una abundante lluvia, ya que, como el resto de los anfibios, es atraída por la humedad.

La mayoría de las salamandras se buscan lugares húmedos para vivir, escondiéndose entre las ramas y las hojas a ras de suelo, y cuando hay mucha sequía, tratan en cualquier forma de adentrarse en un lugar húmedo de la tierra, para sobrevivir. Existen también salamandras acuáticas, otras que viven en los árboles y algunas que buscan su hogar en cuevas oscuras, las que finalmente se vuelven completamente ciegas, por el simple hecho de que no necesitan visión en la oscuridad.

Tritones

Por otra parte están los tritones, que casi todo el tiempo son anfibios terrestres, aunque los europeos, por ejemplo, prefieren el agua en el período de reproducción.

El tritón común europeo es, en general, de color pardo con manchas circulares negras y su vientre es amarillento. Muchos de ellos realizan una especie de danza para acercarse a una hembra y cortejarla. Después de la parada nupcial o cortejo, el macho deposita en el fondo de la charca sus espermatóforos, consistentes en pequeños conos truncos de consistencia gelatinosa donde se alojan los espermios, los que la hembra recoge con sus labios cloacales, asegurando la fecundación interna. Quince días después nacerán las crías, y una vez que estas terminan su metamorfosis, salen del agua para comenzar a sobrevivir su etapa adulta.

Proteos

El proteo adulto mantiene durante toda su vida un aspecto de larva, lo que se llama neotenia. Es de color blanquecino y vive en cavernas. Posee unas branquias rosadas que lo ayudan a verse más alegre de lo normal. Cuando salen de los huevos son muy parecidos a sus padres; sin embargo, tienen aletas visibles a los lados, que los adultos no tienen.

Muchas veces la hembra se preocupa de guardar los huevos fecundados en su interior para darles tiempo a las crías en su desarrollo, dándoles más seguridad a las larvas durante sus primeras etapas de desarrollo.

Sirenas

Las sirenitas no tiene nada que ver con esas hermosas mujeres con cola de pez que, según la mitología, viven en el fondo del mar, como podrías estar pensando. Lo único que es real es que viven en el agua. Son muy parecidas en su forma a las anguilas (peces) y avanzan ondulando su cuerpo para buscar las lombrices que le servirán de alimento. Por lo general permanecen escondidas en una acequia o un arroyo. Solo tienen sus extremidades anteriores, que ni siquiera se ven mucho, porque están muy poco desarrolladas. Una sirena adulta puede llegar a medir 50 centímetros de largo.

Anuros

Como ya dijimos, el Orden de los anuros agrupa a las ranas y los sapos. Seguramente habrás pensado alguna vez que la rana es la hembra del sapo, y este el macho de la rana. Pero no es así, ya que son miembros de familias parecidas, pero que presentan ciertas diferencias entre sí.

El sapo

Existen muchas especies de sapos, que suelen tener la piel cubierta por verrugas y tubérculos formados por numerosas glándulas, las que segregan sustancias tóxicas que actúan al ponerse en contacto con las mucosas de eventuales depredadores.

El sapo común pertenece a la familia de los bufónidos; por eso se conoce comúnmente como bufo. Su cuerpo es bastante gordito y sus ojos muy saltones, sin mencionar la boca que, aparte de no tener dientes, es un poco hendida.

Sus extremidades son cortas y posee cuatro dedos cilíndricos en las patas anteriores y cinco unidos por una membrana en las posteriores.

Es de costumbres nocturnas, ya que cuando el sol se pone, sale rápidamente de su escondite entre las piedras o la hojas para buscar su alimento. El sapo común es muy glotón; podría llegar a comerse grandes cantidades de alimento en relación a su tamaño, aunque también es capaz de dejar de comer durante varios días, meses o años.

En plena primavera, cuando supuestamente el amor renace entre los habitantes del planeta, los sapos no se quedan atrás. Durante este período los machos comienzan a croar y las hembras van a los charcos de agua para buscar pareja y poner sus huevos o desovar; la hembra es capaz de poner varios miles de huevos, que cubre con una sustancia gelatinosa que los protege. De estos huevos nacen las larvas, más conocidas como renacuajos ( o pirihuines ), un cuerpo de una pieza, con una cabeza maciza y abultada y una cola muy larga, como mencionamos al comienzo.

La metamorfosis (proceso de cambio interno y externo) puede durar desde pocas semanas hasta varios años, dependiendo de la especie.

El renacuajo se convierte en adulto mediante un proceso llamado metamorfosis, que comporta las siguientes etapas:

1. Pérdida de las mandíbulas córneas que tiene en su etapa juvenil.
2. Las hendiduras de sus branquias se cierran, reabsorben y desaparecen, al tiempo que se desarrollan los pulmones.
3. La cola desaparece, aparecen las patas posteriores y, más tarde, las anteriores.
4. El intestino se acorta y, como consecuencia, el cuerpo se achica.

Una diferencia notoria entre los sapos y las ranas es que estas últimas tienen mayor capacidad para el salto, ya que los sapos lo hacen en forma muy torpe y les cuesta mucho más. Un sapo común puede llegar a vivir 40 años.

Características de una rana

Pertenece a la familia de los Ránidos. A diferencia del sapo, su piel es lisa y no verrugosa, aunque es similar en su humedad. En su cabeza está la boca, que es muy grande y amplia, dos orificios nasales externos y unos ojos grandes y llamativos, cada uno con un párpado superior opaco y uno inferior que se pliega cuando está en descanso. Además, al igual que el sapo, posee membrana nictitante o transparente del ojo. Esta forma un tercer párpado que le sirve para mantenerse mucho rato debajo del agua sin que le afecte a la vista.

Su reproducción es ovípara y su metamorfosis para llegar a ser una rana adulta dura aproximadamente tres meses, bastante menos que el sapo. Es capaz de poner 25 mil huevos de una sola vez.

Sus órganos para respirar son los pulmones, la piel y el revestimiento de la boca y la faringe. Cada uno de ellos tiene epitelios delgados y húmedos muy irrigados con vasos sanguíneos. Tanto la rana como el sapo comen el aire, es decir, lo aspiran por las narices y lo llevan hacia los pulmones, subiendo y bajando la boca, lo que da la impresión de que estuvieran tragando. Este movimiento, que se llama deglución de aspiración forzada del aire, lo realizan por lo menos 140 veces por minuto.

Anteriormente habíamos señalado que los anfibios también realizaban una respiración cutánea y por las paredes de la boca; esta es otra forma de inhalar y exhalar el aire. Este proceso respiratorio es el más importante, por cuanto corresponde al 60 por ciento, y solo el 40 por ciento restante se realiza a través de los pulmones.

Por lo general son capaces de comerse todo lo que ven en movimiento, especialmente arañas e insectos.