Los peces

Pez, animal vertebrado acuático que suele tener branquias en la fase adulta y cuyas extremidades, cuando existen, adoptan la forma de aletas.

Al contrario que otros grupos de animales comúnmente reconocidos, los peces son un conjunto heterogéneo de grupos que no pueden ser identificados por ningún rasgo definitorio (por ejemplo, los mamíferos se caracterizan por la presencia de glándulas mamarias o pelo). Hay, por tanto, excepciones a la definición que aquí se ofrece.

Por lo general, se da por supuesto que los peces engloban a los vertebrados carentes de mandíbulas, como la lamprea y el mixino; también se cuentan entre ellos el tiburón , la raya, la quimera, los dipnoos o peces pulmonados y los peces óseos. Este último grupo comprende los individuos que acostumbramos a llamar peces.

Los primeros vertebrados conocidos eran peces sin mandíbulas que dejaron restos fosilizados en las rocas del ordovícico, periodo que comenzó hace unos 500 millones de años. En noviembre de 1999 se descubrieron fósiles de dos peces, parecidos a las lampreas, con 540 millones de años de antigüedad, lo que adelanta al periodo cámbrico los primeros restos fosilizados que conocemos de vertebrados. Estos dos fósiles, de nombres científicos Myllokunmingia fengjiaoa y Haikouichthys ercaicunensis , son, por tanto, los fósiles de vertebrados más antiguos que se conocen. Las formas más primitivas eran de pequeño tamaño —rara vez superaban unos pocos centímetros de longitud—, y tenían las branquias en una serie de sacos. Los primeros peces con mandíbulas evolucionaron durante el devónico, la llamada era de los peces, y se convirtieron en la forma dominante de vida vertebrada, tanto en hábitats marinos como de agua dulce. Los principales linajes de peces, como los tiburones, el celacanto y los peces óseos, aparecieron hacia finales de este periodo.

Los peces representan aproximadamente la mitad del total de los vertebrados modernos conocidos. Los científicos reconocen un número total estimado de 25.000 especies vivas y otras tantas de anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Al contrario de lo que ocurre con los demás vertebrados, siguen descubriéndose nuevas especies de peces a buen ritmo; se espera que el número final de especies reconocidas se aproxime a las 28.000.

Anatomía de los peces

Los peces viven en un medio que es casi ochocientas veces más denso que el aire; por lo tanto, la morfología de su cuerpo está diseñada para soportar la fuerte presión del medio acuático. Los desplazamientos en el agua están relacionados con la forma del cuerpo y la fricción de este contra las capas líquidas.

Los nadadores más rápidos presentan un cuerpo de aspecto fusiforme perfectamente hidrodinámico, como el atún, el salmón o el bacalao. Los nadadores resistentes tienen el cuerpo más alargado, como es el caso de las anguilas o el de los pejesapos. Los peces que viven en el fondo marino y los de aguas dulces presentan un aplastamiento dorsoventral (especies bentónicas, como rayas y peces rata ). Algunas otras especies son prácticamente esféricas, como el pez luna, cuyo cuerpo tiene forma de un grueso disco, o el pez globo, que al excitarse adopta una forma esférica cubierta de púas.

La cabeza

En los peces el extremo anterior de la cabeza es agudo, y por encima de la boca se forma una prolongación que se llama rostro. A los lados del rostro se sitúan las aberturas nasales, aunque hay peces en los cuales se ubican en la cara ventral.

– Los ojos son redondos, planos y grandes. Carecen de párpados y en algunas especies se desarrolla una membrana sencilla horizontal o dos verticales.
– La boca suele estar en el extremo anterior de la cabeza o debajo, cuando existe un hocico o rostro. Otras veces ocupa una posición superior, en especial cuando la mandíbula inferior es más larga que la superior.
– Las branquias son los órganos respiratorios de los peces, y están formadas por una serie de laminillas cutáneas, cubiertas por una fina piel, ubicadas sobre los arcos branquiales, sean estos óseos o cartilaginosos. Tienen una gran irrigación sanguínea y a ello deben su color rojo intenso. Estas branquias son conocidas como agallas y se ubican generalmente bajo un opérculo (tapadera) en la parte posterior de la cabeza.

El agua aspirada a través de la boca, pasa por entre las laminillas branquiales, donde se produce el intercambio gaseoso; es decir, la sangre absorbe el oxígeno y descarga el anhídrido carbónico. Algunos peces rápidos, como la caballa, nadan con la boca entreabierta, produciendo así una corriente de agua continua a través de las branquias, que provee del oxígeno necesario para su intensa actividad natatoria.

Aletas

Los órganos locomotores que más caracterizan a los peces son las aletas. Pueden ser de dos tipos: pares, situadas en los costados, detrás de la cabeza, como las pectorales, o situadas en la región ventral, como las pélvicas, que se utilizan como timones para encauzar la dirección; e impares, como la caudal o la cola, la anal y las dorsales (una o más).

La aleta caudal sirve para impulsar al pez, mientras que la anal y la dorsal se utilizan como estabilizadores. En los peces óseos, las pectorales están unidas al cráneo; en los peces cartilaginosos, están insertas en la musculatura por medio de elementos cartilaginosos independientes.

Cola

La cola comienza cerca del ano y en la mayoría de los peces termina en una aleta caudal. La parte musculosa recibe el nombre de pedúnculo caudal y desempeña, junto con la aleta caudal, un papel importante en los movimientos y en la orientación dentro del agua. La forma del pedúnculo y de la aleta inciden en la velocidad y la motricidad para las distintas especies.

La aleta anal, generalmente pequeña, se ubica justo tras la abertura anal. Las aletas dorsales, ubicadas en la línea media superior del pez, pueden ser una o varias e incluso pequeñas y adiposas, como la aleta dorsal posterior de salmones y truchas.

Piel y escamas

El cuerpo de la mayor parte de los peces está cubierto de una capa de escamas, placas óseas o córneas dispuestas en hileras solapadas en las que el extremo libre de una escama se superpone al extremo superior de la siguiente. Las escamas suelen estar cubiertas por una delgada capa epidérmica. En cierto número de especies las escamas se transforman en placas óseas; en algunas, como la anguila, las escamas son diminutas, mientras que en otras, como el siluro, están casi ausentes.

En ocasiones, los peces se han clasificado de acuerdo a la forma y a las características de sus escamas. Los tipos más importantes de éstas son las escamas ganoideas, con forma de rombo y cubiertas con una capa similar a un esmalte; las escamas cicloideas, que son casi redondas con bordes lisos, y las escamas ctenoideas, que también son redondeadas pero tienen los bordes expuestos y serrados, o en forma de peine. Las escamas placoideas son estructuras cónicas pequeñas, parecidas a dientes, y son características de los condrictios. La capa epidérmica del cuerpo presenta unas células que contienen pigmentos y dan al pez su color característico. En la capa epidérmica hay también células que segregan una mucosidad escurridiza que cubre la totalidad del cuerpo.