Las plumas y el vuelo

El plumaje o el conjunto de las plumas de las aves desempeña diversos papeles. Los de colores intensos, que a veces presentan plumas ornamentales, son importantes en las exhibiciones de cortejo para atraer a la pareja. De igual modo, los machos lo exhiben para tratar de intimidar a otros que compitan por las hembras o por el territorio. Algunas aves están camufladas y se asemejan a su entorno para escapar de la atención de los posibles depredadores. A veces adoptan una postura que intensifica la coloración protectora.

La mayoría de las aves adultas mudan, es decir, pierden y reemplazan todas sus plumas, al menos una vez al año.

Sin embargo, en algunas aves de gran tamaño, como águilas y grullas, la muda de las plumas de vuelo de las alas puede prolongarse hasta dos años. Estas estructuras están sujetas a desgaste físico, se decoloran y se vuelven quebradizas tras largas exposiciones a la luz del sol. En la muda, las plumas nuevas crecen en los folículos epidérmicos y empujan hacia afuera a las plumas viejas ya muertas. A menudo, los ciclos de muda se correlacionan con otros. Por ejemplo, en la mayoría de las especies migradoras, el plumaje nuevo crece después de la reproducción y antes de la emigración del otoño.

Además, hay diferencias en los colores y largo de las plumas -también en el pico- entre las aves de una misma especie, dependiendo de la edad y del sexo.

Las plumas están formadas principalmente por queratina, que es una sustancia proteica muy común en los vertebrados. El pelo y las uñas de los mamíferos y las escamas de los reptiles están formados de esta sustancia. Las plumas no se distribuyen al azar, sino que crecen en áreas bien definidas. Cada una sale de una papila, un anillo de células especial.

Existen tres tipos de plumas:

  1. Coberteras o tectrices: recubren la mayor parte del cuerpo, aislando al ave de las condiciones externas. Son más suaves y delicadas.
  2. Remeras o rémiges: se encuentran en las alas y ofrecen resistencia al aire durante el vuelo. A su vez, las plumas remeras se dividen en: primarias, las más fuertes y robustas, implantadas en los dedos y en la muñeca; secundarias, implantadas en el antebrazo; y las terciarias, casi tan finas como las coberteras y ubicadas en el húmero (en la parte superior del ala).
  3. Timoneras o rectrices: son las que forman la cola y confieren movilidad en el vuelo acrobático. Actúan como un timón para dirigir el vuelo.
    Una de las principales funciones de las plumas es mantener la temperatura, ya que retienen el aire para reducir la pérdida de calor. Las plumas del borde de las alas y la cola proporcionan el impulso de vuelo y de maniobra; el resto de las plumas mejoran la eficacia de vuelo al hacer al cuerpo más aerodinámico.

Los colores dependen de la melamina (negro, pardo, amarillento y rojizo) y los lipocromos (rojo, violeta, amarillo, naranja, verde).

El vuelo

El inicio del vuelo es el momento de mayor demanda energética. El ave debe acelerar con rapidez para superar la velocidad mínima a la que es posible volar. Las aves pequeñas no tienen ninguna dificultad, porque simplemente saltan y vuelan. Sin embargo, para las grandes es bastante más complicado. El límite superior de peso para que las aves puedan volar es de 15 kilos. De hecho, aves grandes como la avutarda, los cisnes, los cóndores y los pelícanos no superan este límite.

Hay cuatro tipos de vuelos: el batido o a remo, en el cual las alas se mueven constantemente arriba y abajo; el planeado, en el cual las alas parecen inmóviles durante largos períodos, como hacen águilas y buitres; el estacionario, característico de los picaflores, colibríes o pájaros mosca, en el que las alas se baten a gran velocidad (hasta 200 aleteos por minuto) haciéndose casi invisibles, y el animal puede ir hacia adelante o atrás; intervalos de vuelo batido con caída libre intermedia , típico de algunos pájaros como los gorriones.