Los terremotos y el volcanismo

Un terremoto son temblores producidos en la corteza terrestre como consecuencia de la liberación repentina de energía en el interior de la Tierra. Esta energía se transmite a la superficie en forma de ondas sísmicas que se propagan en todas las direcciones. El punto en que se origina el terremoto se llama foco o hipocentro; este punto se puede situar a un máximo de unos 700 km hacia el interior terrestre. El epicentro es el punto de la superficie terrestre más próximo al foco del terremoto.

Aunque la erupción de un volcán puede provocar movimientos sísmicos, estos por lo general son localizados y menos intensos que los de origen diastrófico.

Las vibraciones pueden oscilar desde las que apenas son apreciables hasta las que alcanzan carácter catastrófico. En el proceso se generan 4 tipos de ondas de choque. Dos se clasifican como ondas internas —viajan por el interior de la Tierra— y las otras dos son ondas superficiales. Las ondas se diferencian además por las formas de movimiento que imprimen a la roca. Las ondas internas se subdividen en primarias y secundarias: las ondas primarias o de compresión (ondas P) hacen oscilar a las partículas desde atrás hacia adelante en la misma dirección en la que se propagan, mientras que las ondas secundarias o de cizalla (ondas S) producen vibraciones perpendiculares a su propagación.

Las ondas P siempre viajan a velocidades mayores que las de las ondas S; así, cuando se produce un sismo, son las primeras que llegan y que se registran en las estaciones de investigación geofísica distribuidas por el mundo.

Los terremotos ocurren en forma de sacudidas. La principal puede ser más extensa y durar desde varios segundos hasta dos minutos. Antes de esta puede haber pequeñas sacudidas de menor intensidad. Si estas se producen después de la sacudida principal se les llama réplicas.

Es importante señalar que un sismo es un movimiento de tierra producido por el acomodamiento de las rocas de la litosfera. Cuando el sismo sacude con gran intensidad la Tierra se denomina terremoto.

Los terremotos pueden ocasionar grandes alteraciones en el relieve, como grietas y avalanchas, pero también variaciones en los cursos de agua. Los sismos se miden según dos escalas: de Mercalli, que mide los efectos de un sismo y cuya escala va de 1 a 12 grados; y la de Richter, que mide la energía liberada por un sismo.

Volcán

Es una formación geológica que consiste en una fisura en la corteza terrestre sobre la que se acumula un cono de materia volcánica. Las erupciones volcánicas ocurren cuando, a través de aberturas o grietas de la corteza terrestre, ascienden hasta la superficie materias incandescentes, gases y cenizas. En el interior de la Tierra hay rocas que se encuentran a una alta temperatura, denominadas magma. A pesar de esto, el magma se encuentra en estado sólido por acción de la fuerte presión ejercida por las capas superiores de la litosfera, pero puede ocurrir que algún movimiento diastrófico haga variar esta presión, con lo que el magma recupera su estado líquido y tiende a subir. Como la temperatura que posee es tan alta, en su ascenso funde las rocas de las capas superiores de la litosfera, pudiendo llegar a la superficie y provocar una erupción volcánica. El magma sube a través de una chimenea, cuyo extremo superior se llama cráter.

Los volcanes pueden clasificarse en activos cuando entran en erupción con relativa frecuencia; durmientes, con ciertos signos de actividad eruptiva, y los extintos, que registraron actividad en períodos muy lejanos, pero que no muestran indicios de volver a reactivarse.