Grandes innovadores

Los griegos, maestros de la escultura tanto en piedra como en bronce, crearon algunas de las piezas escultóricas más importantes de todos los tiempos.

Entre los siglos VII y I a.C. alcanzaron la perfección en la representación de la figura humana a escala monumental. Sin embargo, en la época clásica, entre los siglos V y IV a.C., su arte se tornó más naturalista, buscando la perfección en la representación del cuerpo humano. Las figuras estaban bien proporcionadas y expresaban movimiento, aunque los rostros continuaban siendo estáticos

La humanización de las esculturas griegas fue liderada por tres artistas clásicos:

Escopas (c. 420 a.C-350 a.C.), escultor y arquitecto griego, nacido en la isla de Paros. La estatuaria atribuida a Escopas se caracteriza por una expresión de intensa emoción sugerida a partir de la representación de labios entreabiertos y ojos hundidos.

Entre los pocos vestigios originales identificados como suyos, destacan las esculturas del frontón (hoy en el Museo Nacional de Atenas) del templo de Atenea Alea en Tegea, del que quizás también fue el arquitecto. Hacia el final de su vida se cree que Escopas colaboró en la talla de las figuras del gran mausoleo de Halicarnaso, una de las siete maravillas del mundo.

Debido a la profundidad de las órbitas de los ojos, sus retratos se ven muy dramáticos.

Praxiteles o Praxíteles (c. 390-330 a.C.), escultor griego considerado el más importante de su época y que contribuyó a fijar de manera más decisiva el estilo griego de entonces. Se cree que vivió en Atenas hacia el 360 a.C. Trabajó especialmente el mármol.

Experto en reproducir la gracia tanto en las figuras femeninas como en las masculinas. Es famoso por la perfección de sus acabados. Los límites entre las diferentes partes son prácticamente borrados.

Su estilo es tan delicado que presenta la apariencia de una pintura.

Dos de sus estatuas más conocidas son el Hermes y Venus. La estatua de Venus desnuda causó escándalo, pero el patrón se fue imponiendo poco a poco.

La obra de Praxiteles muestra el mayor humanismo y naturalismo que se alcanzó en el periodo ático del arte griego.

Lisipo (siglo IV a.C.), escultor griego que modificó las proporciones ideales en la representación del cuerpo humano (canon) establecidas antes por el escultor Policleto.

El nuevo canon propuesto por Lisipo consistía en un adelgazamiento de las proporciones del cuerpo, una mayor estatura y disminución del volumen de la cabeza, que se eligió para servir como medida de proporción: la estatura del cuerpo debía ser igual a 8 veces la medida de la cabeza.

Sus estatuas ya no son frontales; ocupan todo el espacio circular e invitan a dar la vuelta.

Lisipo, quien vivió en la corte de Alejandro, realizó de él un retrato muy expresivo y realista, que rompe con la tradición de belleza imperturbable de los períodos anteriores.