El clasicismo

El período clásico fue una etapa del arte cuya principal característica es la tendencia a expresar la idea de perfección de la realidad; es decir, se tiende a ver el mundo como una estructura bella y perfecta. El Clasicismo reflejó al hombre como un ser armónico y a la humanidad como una sociedad ideal y sin problemas. El término clásico se aplica a la música de Haydn y Mozart incluso desde los últimos años del siglo XVIII.

Poco después de la muerte de Mozart en 1791, su primer biógrafo observó que sus óperas, conciertos, cuartetos y otras obras eran dignas de alabanza dado que podían escucharse una y otra vez sin que llegaran a cansar.

Incluso antes de 1800 se reconocía ya que las obras de Mozart serían objeto de un estudio continuado, por analogía con las obras maestras del arte griego y romano. Durante el clasicismo, el objetivo era alcanzar la universalidad del lenguaje musical, tal como ya señaló el teórico Johann Joachim Quantz en 1752: «Una música que es aceptada y reconocida como buena no sólo por un país… sino por muchos pueblos… debe, dado que se basa tanto en la razón como en el sentimiento del sonido, ir más allá de toda discusión y ser considerada la mejor».

Si bien el estilo clásico trascendió de forma efectiva los límites nacionales, sus más célebres exponentes estaban asociados al nombre de la ciudad de Viena.

El Clasicismo musical fue un movimiento que ocupó relativamente poco tiempo en la historia del arte occidental. Los musicólogos (persona que estudia la historia y la teoría de la música) suelen tomar el año 1750 para indicar su comienzo y hacen coincidir su término con el 1800. La primera fecha se consideró como inicio debido a que ese año murió Johann Sebastian Bach, cuya obra es considerada como la cumbre del Barroco.

La segunda, en cambio, fue mucho más arbitraria, por cuanto el Clasicismo no experimentó una ruptura, si no más bien se fundió con la corriente que lo sucedió, llamada Romanticismo. De hecho, algunos autores participan de ambos períodos e incluso se dice que Beethoven es el último de los clásicos y el primero de los románticos.

Los tres nombres que podemos recordar como máximos representantes del ideal clásico son los de Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven. Habitualmente se denominan como los tres grandes maestros vieneses o la Primera Escuela de Viena.

Si se considera la clasificación anterior, se puede decir que músicos como Federico Chopin, Peter I. Tchaikovsky, Franz Liszt, Félix Mendelssohn y Franz Schubert, que desarrollaron su labor creadora durante el siglo XIX, no han hecho música clásica, sino romántica.

La diferencia radica en que en la obra musical romántica la perfección perseguida por el Clasicismo se ve disminuido por el sentimiento y la expresión.

Por esta razón, se prefiere hablar de tradición clásico-romántica, cuyos principales aportes pueden resumirse en aspectos como: la noción de música, la libertad creadora, la idea de recital, las técnicas de ejecución y las teorías musicales.