Los cactus

Estas son una de las plantas características del paisaje desértico, constituyendo un significativo ejemplo de adaptación a un medioambiente hostil.

La familia de los cactus contiene alrededor de 1.650 especies, en su mayor parte adaptadas a climas áridos. Los frutos de los cactus son importantes fuentes de alimento y bebida en muchas de las zonas donde crecen estas plantas. Como exigen pocos cuidados y adoptan formas muy extrañas, se han convertido en plantas de interior muy apreciadas, lo que está sometiendo a muchas especies a una presión cada vez mayor.

Los cactus suelen tener tallos espinosos y raíces; las hojas están por lo general muy reducidas, faltan por completo o se han transformado en espinas. Sólo hay dos géneros con hojas bien formadas. Los tallos están hinchados y son carnosos, adaptados para la acumulación de agua; muchos tienen una forma que conduce el agua de lluvia directamente a las raíces. Éstas son extensas y superficiales, para absorber la mayor cantidad posible de agua de una gran superficie. En los desiertos, las plantas suelen estar muy separadas unas de otras.

Las estructuras vegetativas más características de las Cactáceas son las aréolas, zonas especializadas del tallo en las que suelen crecer espinas agudas y rígidas. Algunas cactáceas carecen de espinas, pero tienen en las aréolas pelos o barbas afiladas llamadas gloquidios. Las aréolas se desarrollan en los tallos a partir de yemas laterales y se consideran equivalentes a ramas muy especializadas.

Las flores de los cactus suelen ser grandes y vistosas, y se presentan aisladas en lugar de agrupadas en inflorescencias. El perianto (corola) no está formado por sépalos y pétalos bien diferenciados, sino por una serie de brácteas (hojas modificadas) que van transformándose paulatinamente en sépalos primero y por último en llamativos pétalos. Tienen muchos estambres y ovario ínfero soldado al perianto. El fruto suele ser carnoso y de color vivo.

Los cactus son plantas xerófilas; es decir, se adaptan a los climas secos. Son propios de zonas desérticas, como Centroamérica, México y el Sudoeste de Estados Unidos; sin embargo, hoy en día podemos encontrarlos en todo el mundo, donde han sido llevados, especialmente como especies de adorno y para producir frutas (tunas).