Ambiente: La obra necesita un espacio

Los personajes se mueven a través de los acontecimientos y éstos ocurren en un ambiente o espacio, es decir, en un lugar o lugares y en una época o momento. El ambiente puede ser real o imaginario. Existe el ambiente físico y el ambiente psicológico.

Ambiente físico: Es el lugar propiamente tal; donde los personajes existen, viven o se mueven. Dentro de él se pueden considerar dos aspectos: el local y el temporal.

– El ambiente físico local: es el lugar donde están situados los personajes y se desarrollan los acontecimientos. Puede ser un lugar determinado -por ejemplo, Santiago o Madrid – o indeterminado -por ejemplo, la playa o el desierto-.

– El ambiente físico temporal: se refiere a la época histórica en la cual transcurren los hechos. Puede ser la época actual , es decir, el presente. La época también puede ser pasada por ejemplo: «Esta historia tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial»; o futura, por ejemplo: «A comienzos del año 2050…». En este último caso, se trataría de narraciones fantásticas, o de ciencia ficción.

En ambos casos, no importa que el autor de la obra sea de esta época. Él puede situar su historia en cualquier período, gracias a la imaginación propia, y a la de los lectores.

Ambiente psicológico: También existen otros ambientes como el psicológico que corresponde a situaciones anímicas que se dan entre los personajes, en ciertas épocas, etc. En una novela podemos encontrar varios ambientes dependiendo de las acciones o acontecimientos en que el autor mueve a los personajes. Este espacio está creado por todos los elementos presentes en la historia, aunque se hayan puesto en ella sin perseguir necesariamente ese fin. Los factores que influyen en la creación de un ambiente psicológico no siempre pueden delimitarse con claridad.

Un análisis

Leamos el siguiente fragmento del cuento Luvina, de Juan Rulfo:

«De los cerros altos del sur, el de Luvina es el más alto y el más pedregoso. Está plagado de esa piedra gris con la que hacen la cal, pero en Luvina no hacen cal con ella ni le sacan ningún provecho. Allí la llaman piedra cruda, y la loma que sube hacia Luvina la nombran cuesta de la Piedra Cruda. El aire y el sol se han encargado de desmenuzarla, de modo que la tierra de por allí es blanca y brillante como si estuviera rociada siempre por el rocío del amanecer; aunque esto es un puro decir, porque en Luvina los días son tan fríos como las noches y el rocío se cuaja en el cielo antes que llegue a caer sobre la tierra.»

En este fragmento podemos encontrar, primero, el ambiente físico local, que es un pueblo determinado pero ficticio, llamado «Luvina». Luego, la caracterización de este ambiente, ya que el narrador nos dice que el pueblo está situado en un cerro, que es alto y pedregoso, con tierra blanca y brillante, y que en él hace mucho frío.

En cuanto al ambiente sicológico, no nos dice nada claro, pero la sensación es de un ambiente hostil, con frío, tierra y piedras; vemos que la gente no saca provecho de sus recursos y no tiene creatividad. Todos estos elementos, que fueron puestos allí para definir el ambiente físico, nos permiten formarnos una idea del ambiente psicológico en el que transcurrirá el resto del relato.