México contemporáneo

El 1 de mayo de 1917, Venustiano Carranza rindió protesta como presidente constitucional de la República Mexicana para el período 1917-1920. Una vez derrotadas las fuerzas villistas y zapatistas, el constitucionalismo se dividió en dos fracciones; la primera de ellas se integró con los terratenientes norteños, los cuales sólo pretendían introducir unas cuantas reformas en la vida política del país. Carranza fue el jefe principal portavoz de esta fracción.

Entre 1918 y 1920 el carrancismo se debilitó y su importancia en la vida político nacional disminuyó notablemente. La elección presidencial, esto es, la lucha por el poder político, originó esta violenta lucha entre fracciones. Obregón, Pablo González e Ignacio Bonillas se perfilaron como los más fuertes candidatos para contender por la presidencia.

El candidato con mayores posibilidades para ocupar la presidencia era Álvaro Obregón, pues además de contar con un gran prestigio militar consiguió el apoyo de muchos militares, funcionarios, obreros y campesinos inconformes con el carrancismo. Pablo González lanzó su candidatura cuando se dio cuenta de que Carranza se inclinaba por Ignacio Bonillas.

El presidente Carranza apoyó a Ignacio Bonillas, embajador de México en Washington, porque, según él, era necesario enfrentar el militarismo con el civilismo.

Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta, electo gobernador de Sonora en 1919, y Álvaro Obregón, formaban parte de la fracción sonorense, encabezada por Calles, dio a conocer el Plan de Agua Prieta el 23 de abril de 1920. Dicho plan constituyó la mecha que encendió el levantamiento general contra el gobierno de Carranza.

En todo el país surgieron manifestaciones de apoyo para el movimiento de Agua Prieta. El triunfo de la rebelión de Agua Prieta significó el ascenso a la dirección del Estado mexicano de la burguesía sonorense, la cual impulsó varias reformas para consolidarse en el poder y mantenerse al frente del gobierno; Adolfo de la Huerta fue designado presidente provisional de México.

Los gobiernos de Obregón y Calles. La política agraria

Álvaro Obregón fue electo presidente de la República para el período 1920-1924 gracias a su gran prestigio militar. Los hechos más sobresalientes de su gobierno fueron los siguientes:

  • Logró un crecimiento económico moderado.
  • Se valió de la Confederación Regional Obrera Mexicana para controlar a los obreros; asignó a los dirigentes de esta organización puestos importantes y patrocinó sus actividades.
  • Aprobó , junto con Plutarco Elias Calles, el asesinato del líder de la revolucionario Francisco Villa, quien cayó a traición en una emboscada, en Hidalgo del Parral, Chihuahua.
  • Estableció con EUA los Convenios de Bucareli por los cuales México se comprometió a no aplicar de manera retroactiva el artículo 27 constitucional y a indemnizar a los latifundistas estadounidenses afectados por la expropiación agraria.
  • Fundó la SEP, cuyo primer titular fue José Vasconcelos.

De diciembre de 1923 a marzo de 1924, Adolfo de la Huerta encabezó un levantamiento armado contra Obregón para oponerse a las transformaciones impulsadas por su gobierno, como el reparto agrario. Al gobierno de Obregón siguió el mandato de Calles, quien gobernó el país durante el periodo que va de 1924 a 1928. Calles promovió la inversión extranjera y apoyó las pequeñas empresas; estableció acuerdos con las empresas e inversionistas extranjeros y utilizó a la CROM para controlar el movimiento obrero.

De 1926 a 1929 se desarrolló la Guerra de los cristeros, la cual surgió como consecuencia de la disputa entre el gobierno federal y la alta jerarquía de la Iglesia católica por la modificación de algunos artículos de la Constitución Política de 1917.

Durante su mandato, Calles promovió la reforma de la Constitución para que Obregón pudiera reelegirse y aplastó las rebeliones de Francisco R. Serrano y Arnulfo R. Gómez, quienes fueron asesinados. La política Agraria de Obregón y Calles se caracterizó por:

  • Realizar un insignificante reparto agrario
  • Favorecer a los propietarios privados de tierras y fincas rurales en perjuicio de los ejidos, es decir, de los bienes comunales de los pueblos.
  • Mantener intactos la mayoría de los grandes latifundios.
  • Fortalecer la gran propiedad agrícola; los bancos estatales otorgaron créditos a los terratenientes en condiciones sumamente favorables para ellos.

El problema agrario no recibió una solución efectiva; por el contrario, todos los intentos para resolverlo se enfrentaron con muchos obstáculos, entre los que destacan la lentitud de los procedimientos para dotar de tierras a los pueblos, la falta de implementos agrícolas, las duras condiciones de trabajo de los peones acasillados y sobre todo la oposición violenta de los latifundistas a la reforma agraria.

El Gobierno y las organizaciones obreras

En México, el movimiento obrero organizado empezó en mayo de 1918, a partir de la fundación de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), la cual tuvo una gran influencia en la vida política del país en el período que va de 1920 a 1930. El principal dirigente de esta organización fue Luis N. Morones.

La CROM estuvo estrechamente vinculada con los gobiernos de Obregón y Calles, ambos concedieron puestos públicos a sus integrantes, además de subsidios y respaldo frente a otras organizaciones, a cambio de que dicha confederación combatiera a los opositores del gobierno.

Obregón y Calles utilizaron la CROM para crontrolar y someter al movimiento obrero.

Por otro lado estaba la Confederación General de Trabajadores, organización independiente fundada en 1921. Los principales puntos del programa de esta organización consistían en no colaborar con el gobierno y reivindicar el derecho de los campesinos a la propiedad de las tierras que trabajaban.

El impulso federal a la educación pública

El Estado posrevolucionario pretendía consolidarse y desarrollar un proyecto económico, lo cual sólo sería posible mediante la creación de un modelo educativo que impulsara el desarrollo de la mayoría de la población, pues en esa época en el país imperaba el analfabetismo. En 1920, el 80% de la población era analfabeta.