El ciclo de la vida

Todos los organismos tienen un ciclo básico de vida, que empieza en el nacimiento y culmina con la muerte. El evento más importante durante el lapso en que la vida transcurre es, desde el punto de vista del mantenimiento de la población (está implícito en el concepto de población) y su evolución, es la reproducción. Este es probablemente el único evento común a todos los ciclos de vida, aparte del nacimiento y la muerte.

El evento de la reproducción, sin embargo, está en la mayoría, sino en todos los organismos, limitado por factores intrínsecos o extrínsecos al individuo. ¿Cuál es la naturaleza de estas limitaciones?

Algunos organismos pueden reproducirse más de una vez, otros sólo una; el número de descendientes producidos en una reproducción varía entre individuos e inclusive en diferentes etapas de la vida de un mismo individuo; en organismos sexuales la reproducción está limitada por el hallazgo de una pareja.

El apareamiento entre algunos organismos se dificulta debido a la presencia de comportamientos agresivos en extremo, y es necesaria la existencia de una ceremonia de reconocimiento que permita el acercamiento previo a la cópula; en algunas especies, individuos necesitan ser seleccionados por el sexo opuesto para poder reproducirse, de manera que facilitar esta selección implica un proceso evolutivo que afecta a la población en el tiempo.

Los seres vivos

En el interior de la semilla se encuentra el embrión de una planta y esta llegará a germinar (crecer) si se dan las condiciones de: suelo húmedo, luminosidad y cuidados. Esta semilla puede encontrarse en el interior de un fruto carnoso (manzana, naranja o ciruela) o en un fruto seco (almendras, nueces o maní). También, existen plantas que no dan semillas, y se reproducen por esporas, como los helechos. Estos se esparcen por el aire, gracias a la acción del viento o caen directamente al suelo.

En los animales no mamíferos, el nuevo ser se encuentra en el interior de un huevo y este se desarrolla fuera del cuerpo de la hembra.

En los mamíferos, como nosotros, el desarrollo del embrión se realiza en el interior del cuerpo de la hembra y es ahí donde termina de completar su primera etapa de vida. Una vez salido del vientre materno, el nuevo ser necesita de los cuidados de su madre, quien lo amamanta con su leche y lo cuida hasta que adquiere su independencia.