Hitler rumbo al poder

Al cabo de la Primera Guerra Mundial, Alemania se había transformado en una República, cuyo primer Presidentes fue Federico Eber. Este político, del ala derecha del socialismo, asumió el cargo en 1919. La tarea de gobernar no era fácil y muchos grupos políticos se disputaban el poder en ese entonces. Entre ellos se encontraban los socialistas y los comunistas.

En un clima de crisis económica social, durante la década de 1920 se produjeron varios intentos golpistas. Entre ellos hay uno que mencionaremos por la importancia que más tarde alcanzó su protagonista.

Se trata del fallido golpe realizado en 1923 por el presidente del Partido Nacional Socialista, Hitler, con el apoyo de militares ultra derechistas como el general Erich von Ludendorff Fracasado este levantamiento. Hitler fue a dar a la cárcel. Al ser liberado, decidió intentar la conquista del poder por la vía legal.

Adolf Hitler (1889-1945), político alemán de origen austriaco, uno de los dictadores más poderosos del siglo XX, que transformó Alemania militarizando completamente su sociedad y llevó al país así como al resto del mundo a la II Guerra Mundial. Utilizó el antisemitismo como piedra angular de su propaganda y su política para hacer del partido nazi un movimiento de masas. La mayor parte de Europa y el norte de África estuvieron bajo su dominio durante algún tiempo. Fue el responsable de la ejecución de millones de judíos y de miembros de otros pueblos a los que consideraba seres inferiores.

Según Hitler, la naturaleza demostraba que existían individuos superiores a otros. Por eso, el Estado debía organizarse en base a un principio aristocrático, donde la autoridad estaría en manos del líder, de especial capacidad, en el cual el pueblo depositaría su confianza. Esto explica que Hitler utilizara el título de Führer, o líder, en el régimen totalitario que logró instaurar. Por último, es necesario mencionar que el Führer consideraba fundamental para el porvenir de Alemania la conquista de un «espacio vital» en Europa, lo que implicaba la expansión territorial.

La oportunidad de triunfo se presentó para los nazis tras la crisis económica desatada el año 1929.

La población estaba angustiada por la falta de trabajo y muchos capitalistas veían con temor el avance de los comunistas, que se habían hecho más fuertes después de la Revolución Rusa. Además, había en el ejército un deseo revanchista, provocado por la dura humillación que Alemania había sufrido en la Primera Guerra Mundial. Por todo esto, la idea nazi comenzó a ser captada con simpatía por parte de las masas alemanas, que quería recuperar su orgullo nacional. Así, tras algunos períodos de pugnas políticas, el Presidente Paul von Hindenburg entregó a Hitler la jefatura del gobierno.

A los seis meses de gobierno, Hitler había logrado uniformar la política y la administración del país. También creó el Ministerio de Propaganda, a cargo de Joseph Goebbels. Pero eso no era suficiente, pues en el Parlamento aún existía gente en contra de esas ideas. Poco a poco los nazis fueron ganando terreno y se apoderaron de los puestos claves. Hermann Goering, comisario de la aviación nacionalsocialista, creó un cuerpo especial de policía, con 80 mil hombres. Se trataba de la tristemente célebre Gestapo (Geheime Staatspolizei, o Policía Secreta del Estado Nacionalsocialista). Otro organismo del mismo tipo fue la policía nazi de élite S.S (Schutz staffel). Ambas sembraron terror entre los enemigos de Hitler.

Hitler consiguió finalmente que el Presidente Hindenburg le autorizara disolver el Parlamento y llamar a elecciones para el 5 de marzo de 1933.