Juicio de Nuremberg

Conocido como un juicio por crímenes de guerra, los cuales son procesos celebrados contra personas acusadas de cometer violaciones de las leyes, costumbres y principios generales del Derecho de la guerra. Después de la II Guerra Mundial, la expresión se refirió sobre todo a los juicios celebrados contra los líderes alemanes y japoneses en tribunales establecidos por los estados aliados.

Las armas se habían silenciado en Europa, pero las repercusiones de la sangrienta guerra estaban latentes. Todos querían olvidar los horrores vividos durante los seis años de guerra, pero había algo que jamás olvidarían: el genocidio de los judíos, los campos de concentración de Buchenwald, Dachau y Belsen en Alemania y los campos de Majdanek y Oswiecim en la Polonia ocupada por los nazis.

Los culpables debían ser castigados y procesados, acusados por crímenes de guerra. Los procesos más importantes tuvieron lugar en Nuremberg (Alemania). Quedaron revestidos de autoridad por dos instrumentos: el Acuerdo de Londres (firmado el 8 de agosto de 1945 por los representantes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Unión Soviética) y la llamada Ley número 10 (promulgada por el Consejo Aliado en Berlín, el 20 de diciembre de 1945).

El juicio de Nuremberg se había iniciado un año antes y concentrado la atención de todo el mundo. El 16 de octubre se ejecutaron diez de las doce penas de muerte impuestas a los más altos jerarcas nazis que quedaban con vida.

No se cumplieron las de Hermann Wilhelm Goering, que se envenenó después de conocer la sentencia del tribunal, y la de Martin Bormann, que huyó de Alemania con anterioridad de este juicio.

Cuando los aliados avanzaron sobre Alemania, quedaron paralogizados por el horror al comprobar la existencia de los Campos de Concentración en que fueron sacrificados más de seis millones de judíos. Terribles escenas se presentaron ante los ojos de los vencedores mientras se adentraban en los territorios del Tercer Reich.

Ese fue el momento preciso en que el mundo entero conoció en toda su magnitud el horror de tales campos.

Miles de cadáveres insepultos permanecían hacinados en las diferentes celdas y patios, los supervivientes eran verdaderos esqueletos vivientes, testimonio de la brutalidad nazi. En el campo de concentración de Langestein, de una población de seis mil prisioneros, sólo quedaban con vida cien personas. En este lugar los prisioneros vivían, como termino medio, tres meses, muriendo luego de inanición.

En total, los aliados pusieron en libertad a 32 mil judíos. Encontraron cincuenta vagones de ferrocarril llenos de cadáveres. Las cámaras de tortura estaban intactas. En cada cabaña, construidas para cincuenta personas, encontraron más de doscientas. En los antecedentes que se presentaron a los miembros del tribunal de Nuremberg para que emitieran su veredicto, figuraban adornos y objetos útiles que pertenecían a la esposa del comandante del campo de Buchenwald, todos ellos hechos con piel humana de prisioneros.