En continua mudanza
En las regiones árticas y templadas algunas especies de aves residen durante toda su vida en el área de cría, aunque la reproducción en sí misma es un fenómeno que ocurre entre la primavera y el verano. La mayoría de las aves tropicales también pasan en la misma zona el año entero. Algunas de éstas, cuando la estacionalidad es mínima, pueden anidar casi en cualquier momento.
Sin embargo, la mayoría de las especies de regiones árticas y templadas, así como algunas tropicales, emigran, es decir, realizan movimientos estacionales regulares alejándose y regresando a su área de cría.
Es posible que únicamente se trasladen durante el invierno desde las montañas muy expuestas hasta los valles protegidos. El extremo opuesto es la migración a larga distancia que realizan cada año muchas especies. La más destacable es la del charrán ártico que emigra desde las latitudes septentrionales de Eurasia y Norteamérica hasta las aguas subantárticas.
Las migraciones de aves a larga distancia suscitan la interesante cuestión de cómo pueden encontrar el camino. Algunos vuelan sólo durante la noche y otros lo hacen sobre los océanos uniformes, por lo que no pueden utilizar las marcas de tierra como se cree que ocurre con algunos emigrantes diurnos. En la actualidad, se sabe que no existe un sistema de navegación único. Algunas especies parecen guiarse por los dibujos estelares y otras por la inclinación del Sol. Al menos algunas de ellas pueden detectar la radiación ultravioleta, el campo magnético terrestre y vibraciones sonoras muy profundas, como las originadas por las olas de los océanos distantes. Sin embargo, todavía son una incógnita los mecanismos sensoriales efectivos por los que las aves traducen las señales del medio en ayudas para la navegación.
Aunque al parecer la escasez de comida es la principal causa de la migración, el acortamiento del día con la llegada del invierno también tiene sus efectos: las aves resienten el cambio de temperatura y se cree que además sufren algún cambio hormonal, que las altera.
La mayoría de las aves migratorias anidan en el norte, y cuando los jóvenes son suficientemente fuertes para iniciar el viaje vuelan hacia el sur. De regreso al norte, los jóvenes ya serán adultos. La siguiente primavera, les tocará anidar, con lo que nuevamente se dará inicio a su ciclo vital.