Ortografía literal

La ortografía literal

Las reglas de la ortografía literal rigen sobre las letras que se deben utilizar para escribir las palabras de nuestro idioma. Para tener buena ortografía literal no basta con saber las reglas, ya que la mayoría de las palabras de nuestro idioma se escriben de la forma en que lo hacen sin que exista para ello regla alguna, más que su origen.

Para esto último son útiles las normas, para poder asegurarnos en los casos en que no sabemos cómo se escribe una palabra, o para memorizar el uso de aquellas letras que nos son más difíciles.

Uso de la b

1. Las palabras que en su idioma de origen (latín, árabe, etc.) tienen b o p. Pueden agruparse aquí bien, bueno, bondad, bendecir, benemérito, beato, biblia, biblioteca y todas las relacionadas etimológicamente con ellas, igual que las formadas con el prefijo bi-, equivalente a dos, como bigamia, bipolar. Por su etimología se escriben con b por ejemplo: cabeza, obispo, lobo, e infinidad de palabras que el uso nos señalará, aunque desconozcamos su procedencia.
2. Las palabras derivadas o compuestas de otras castellanas que lleven esa letra, según la regla general de que las derivadas se escriben como las primitivas y compuestas, como las simples. Esta regla tiene sus excepciones impuestas por la pronunciación o simplemente por el uso autorizado. Ejs. : bailarín, derivada de baile, y barbirrubio, compuesta de barba y rubio. Por tener b la palabra riba, se escriben con b ribera, ribazo, Ribadeo, Ribadesella, etc. Existe la voz rivera, que lleva v. .
3. Las que comienzan con las sílabas bu-, bur- y bus-, como bufanda, burla, busto; y las que empiezan con sub– , como subasta y subalterno. .
4. Las terminadas en -bundo, -bunda y -bilidad, como tremebundo, moribunda y amabilidad. Se exceptúan movilidad y sus compuestos y civilidad..
5. Todos los tiempos de los verbos deber, beber y sorber y sus compuestos..
6. Todos los tiempos de los verbos cuyos infinitivos terminen en -aber , como haber, saber y caber ; en -bir , como escribir, recibir , y en -buir , como distribuir. Las únicas excepciones son precaver, hervir, servir y vivir, y sus compuestos ( convivir, sobrevivir , etc.).
7. Las desinencias o terminaciones –ba, -bas, -bamos, -bais y -ban de los pretéritos imperfectos de indicativo correspondientes a los verbos de la primera conjugación, como lloraba, estudiabas, danzábamos, mirabais, fumaban.
8. El pretérito imperfecto de indicativo de ir: iba, ibas, etc..
9. La letra final de toda palabra que acaba con el sonido b, como Jacob, baobab.
10. Las sílabas bra, bre, bri, bro,bru, bla, ble, bli, blo, blu y cualquier otro caso en que el sonido b preceda a otra consonante. Ejs.: bloque, desbrozar, obnubilar, obstrucción.

Uso de la j

1. En la mayoría de los sustantivos terminados en je, como canje, monje, y paisaje. Algunas de las excepciones son cónyuge, laringe, faringe, auge y esfinge.
2. En la conjugación de los pretéritos de los verbos terminados en ducir, como conducir, producir, deducir y muchos otros. Por ejemplo, conduje, produjiste, y dedujo.
3. En los verbos terminados en jear y sus conjugaciones, como en flojear, flojeamos; callejear, callejaban.
4. En la mayoría de los sustantivos terminados en jero y jería, como cajero, relojero, conserjería y extranjería.

Uso de la v

1. Las palabras cuya procedencia o etimología así lo requiera, como convivencia, valenciano, párvulo. Pueden agruparse aquí las palabras compuestas formadas con el prefijo vice- (que indica que la persona puede hacer las veces de otra), como vicealmirante, vicepresidente; los nombres de lugares geográficos que empiezan con villa-, villar-, vila-, como Villafranca, Villalba, Villarcayo, Vilaboa, y los también compuestos con valle-, vall- o val-, como Vallehermoso, Valparaíso, Valladolid.
2. Las que empiezan con las sílabas ad, cla, di, pri, seguidas de este sonido, como adversidad, clavel, diversión, privilegio, etc. Se exceptúan dibujo y sus derivados.
3. Las voces terminadas en –viro, -vira y en -ívoro, ívora, como triunviro, Elvira, carnívoro, omnívora. Se exceptúa víbora.
4. Los adjetivos terminados en

-ava -ave -avo
-eva -eve -evo
-iva -ivo

como
dozava suave octavo
nueva nieve longevo
diva superlativo

Se exceptúan árabe y sus compuestos y sílaba y sus compuestos. .
5. Los tiempos de los verbos cuyos infinitivos no llevan b ni v. Ejs.: voy, ve, vais, vayamos, etc., del verbo ir; anduve, anduviste, del verbo andar; estuve, estuviste, del estar; tuve, tuvieron, del tener, etc. Se exceptúan siempre, como ya sabemos, las desinencias, -ba, -bas, -bamos, -bais y ban, de los pretéritos imperfectos de indicativo.
6. Los verbos precaver, hervir, servir y vivir y sus respectivos compuestos, desvivir, convivir, sobrevivir, etc. y los terminados en servar, como conservar.

Uso de la ll

1. En los verbos terminados en llar y sus conjugaciones, como callar, sellar y trillar. Se exceptúan los verbos rayar y payar, entre otros.
2. En las palabras terminadas en illo e illa, como membrillo y silla.
3. En las mayoría de las palabras terminadas en allo, ello, illo, ollo y ullo, como tallo, cuello, criollo y arrullo. Algunas de las excepciones más usadas son: Mayo, desmayo, ensayo, rayo, playa, raya, apoyo, arroyo, hoyo, chirimoya y joya.
4. En los diminutivos formados con la terminación illo e illa, como chiquillo y vaquilla.
5. Antes o después de la i, como en las palabras cepillo y aullido.

Uso de la c

1. En los plurales y derivados de las palabras terminadas en Z. Por ejemplo, el plural y derivados de cruz: cruces, crucifijo, crucificar.
2. En los verbos terminados en ciar, cer, cir, ceder, cender, cibir y cidir, y en sus conjugaciones correspondientes. Por ejemplo, los verbos despreciar, conocer, reducir, conceder, ascender, recibir y decidir. Son excepciones a esta regla los verbos ansiar, anestesiar, ser, coser (con hilo), toser, asir, residir y presidir.
3. En las palabras que terminan en una vocal seguida de la combinación ncia, como Francia, carencia, provincia, ortodoncia y denuncia. Son excepciones a esta regla las palabra ansia y Hortensia.
4. En las palabras terminadas en ción que sean derivadas de una palabra que termine en «to» o «do». Por ejemplo, la palabra bendición, que deriva de bendito. Lo mismo ocurre cuando la palabra deriva de un verbo terminado en ar o en gir, como estación, de estar, y dirección, de dirigir.
5. En la mayoría de palabras terminadas en cia y cio, como gracia y socio. Algunas excepciones son idiosincrasia, antonomasia, autopsia, gimnasio, potasio, magnesio, y los nombres propios Asia, Anastasia, Gervasio, Nicasio.
6. En los diminutivos formados con la terminación cito, cita, cillo y cilla, por ejemplo, pancito, madrecita, ratoncillo y viejecilla. Naturalmente, los diminutivos de las palabras terminadas en s, o que incluyen una s en su raíz, se forman agregando solo las terminaciones ito, ita, illo, illa, y conservan la s de la palabra original: Andresito, de Andrés; bolsita, de bolsa.

Uso de la y

1. En algunas conjugaciones de los verbos terminados en uir, como huir, contribuir, disminuir: huyó, contribuye, disminuyamos.
2. En palabras que finalizan por diptongos o triptongos con el sonido i, por ejemplo, debe escribirse Paraguay (y no Paraguai). Otros ejemplos son: voy, estoy, ley, buey, convoy y rey.

Uso de la s

1. En los adjetivos terminados en oso y osa, como generoso, hermoso, temerosa y graciosa.
2. En los adjetivos terminados en aso, eso, oso y uso, como escaso, travieso, perezoso y confuso.
3. En las palabras terminadas en sión que sean derivadas de una palabra que termina en so o sor; como la palabra recesión, que proviene de la palabra receso, o ascensión, que deriva de ascensor.
4. En la mayoría de los sustantivos terminados en eso, por ejemplo, peso, hueso, ileso, etcétera. Son excepción a esta regla, entre otras, las palabra aderezo, pescuezo, cerezo y tropiezo.
5. En los adjetivos que forman su grado superlativo con las terminaciones ísimo e ísima, como buenísimo (extremadamente bueno) o bellísima, (extremadamente bella).
6. En los gentilicios terminados en ense y es, como pascuense y genovés.
7. En las palabras terminadas en isco y usco, como mordisco y pardusco. Las excepciones son blanquizco, blancuzco, y negruzco. ç
8. En las palabras derivadas que terminan en esco y esca, por ejemplo, caballeresco y picaresca. No hay que olvidar que existen terminaciones verbales terminadas en ezco, que no tienen relación con esta regla, puesto que no son palabras derivadas, sino formas verbales, por ejemplo, merezco, crezco, ofrezco, etcétera.
9. En las palabras derivadas que terminan en sivo y sible, como excesivo y comprensible.

Uso de la h

1. En las palabras que comienzan por los diptongos ua, ue, ui, como en huaso, huella y huida.
2. En palabras que comienzan por los prefijos griegos hipo, hiper, hidro, hemi, homo, heter, helio, hexa, hecto y hepta, como hipopótamo, hipersensible, hidrofobia, hemisferio, homónimo, heterogéneo, heliotropo, hexágono, hectolitro y heptasílabo.

Uso de la z

1. En los adjetivos agudos terminados en az y en oz, como tenaz y veloz.
2. En los sustantivos terminados en anza, zón, ozo y azgo, como venganza, corazón, pozo y hallazgo. Constituyen excepciones las palabras bolsón, tesón, camisón, rasgo y otras de escaso uso.
3. En la mayoría de verbos terminados en izar, y en sus formas verbales correspondientes, como aterrizar. Constituyen algunas excepciones los verbos alisar, avisar, divisar, guisar, improvisar, requisar y revisar, entre otros.
4. En los sustantivos despectivos terminados en zuelo y zuela, como ladronzuelo y mujerzuela.
5. En los sustantivos abstractos terminados en ez y eza, como honradez y pereza.
6. En la terminación azo, que aporta el significado de «golpe dado con algo», por ejemplo, martillazo, portazo y cabezazo.
En los aumentativos formados con la terminación azo y aza, por ejemplo, hombronazo y barcaza.

Uso de la x

1. En la palabras formadas por los prefijos ex y extra, como exalumno y extraoficial.
2. Antes de la combinación pr y pl, como en exprimir, expresión, explicación y explorar. Son excepción a esta regla las palabras esplendor y espléndido.

Uso de la g

1. En los verbos terminados en ger, gir, giar, y en las conjugaciones y derivados de estos verbos que lo requieran. Por ejemplo, de proteger, protegiendo, protegerán; de exigir, exigido, exigencia; de elogiar, elogio, elogiemos. El verbo tejer constituye una excepción a esta regla.
2. En las palabras terminadas en gia y gio, y sus derivados y compuestos, como colegio y contagio, de las cuales derivan colegiatura y contagiado.
3. Las palabras que comienzan por el prefijo griego geo: geometría, geografía, geología, y otras.
4. La mayoría de las palabras en las que aparece el grupo gen, donde quiera que sea: gente, general, argentino, urgente, origen, imagen. Las excepciones más comunes son ajeno y berenjena.
5. En las mayoría de las palabras que incluyen el grupo igi o agi, a menos que sean derivadas de una apalabras que se escribe con j. Por ejemplo, vertiginoso, original, magia y agitado.
6. Los sustantivos terminados en gía, como antología y cirugía. Se exceptúan las palabras bujía, herejía, y otras poco usadas.