Porfirio Díaz
(1830- 1915) Estudiante del Instituto de Ciencias y Artes del Estado, fundado por Benito Juárez, Díaz inició su carrera militar a los 17 años cuando se alistó en las milicias como voluntario para combatir a los norteamericanos.
Tras derrotar a José María Iglesias, Porfirio Díaz permaneció una semana más en Guadalajara para luego recibir el poder en manos de Juan N. Méndez. Se ocupó de reorganizar la administración pública y emitir la convocatoria a elecciones, de las que salió victorioso.
El 5 de mayo de 1878 se reformó la Constitución de acuerdo a lo estipulado en el Plan de Tuxtepec (la no reelección). Surgió entonces un problema con Estados Unidos, ya que éste no quería reconocer a Porfirio Díaz, y además ordenó al general Ord que entrara a territorio mexicano para perseguir a bandidos e indios fuera de la ley que ahí se refugiaban. Sin graves incidentes, algunos meses después Estados Unidos reconoció la presidencia de Díaz y canceló la orden para el general Ord.
Dos rebeliones que apoyaban la restitución de Lerdo de Tejada fueron sofocadas fácilmente, pero en 1880 la sublevación de un vapor de guerra terminó con la muerte de 9 personas. Se afirma que la orden de su fusilamiento llegó de Díaz, con un telegrama que decía: «Mátalos en caliente»
En 1880, Díaz otorgó la concesión a la Compañía del Ferrocarril Central Mexicano y Nacional Mexicano para la construcción de líneas férreas que cruzaran todo el territorio nacional.
Las elecciones de ese año fueron muy especiales porque se presentaron varios candidatos: Justo Benítez, Ignacio L. Vallarta, Trinidad García Manuel María Zamacona, y Manuel González. Éste último fue el elegido y tomó posesión de su cargo en 1880.