Visión general de las civilizaciones
Después de haber sido cuna de la Revolución Neolítica, Medio Oriente fue testigo hacia el año 5000 a.C. de otra importante serie de transformaciones: la Revolución Urbana, que daría lugar a la aparición de las primeras civilizaciones.
Mesopotamia y Egipto, hacia el año 5000 a. C; China e India, alrededor de 2000 a.C; y los Andes y Mesoamérica, hacia el año 1000 a.C fueron los lugares donde se asentaron las civilizaciones agrícolas. De estas regiones originarias se expandieron a otras: al sureste de Asia, a Europa del norte y occidental y a África. Las civilizaciones agrícolas tuvieron muchos rasgos comunes:
- Se asentaron en las riberas de ríos de gran causa o cerca de otras fuentes de agua.
- Construyeron ciudades con templos y palacios, que contaban con complejos sistemas de irrigación y protección.
- La agricultura fue la base de su economía. El arroz, el trigo y la cebada en algunos lugares, y el maíz, el frijol y la papa en otros, fueron sus principales cultivos.
- Gracias a que tenían alimento asegurado, la población creció y comenzó a dedicarse a actividades distintas de la agricultura.
- Existía un reparto desigual de la riqueza, que originó una sociedad en la que algunos individuos gozaban de privilegios, mientras que la mayoría carecía de ellos.
- También gobiernos centralizados basados en la religión existía un rey o gobierno que mandaba sobre la sociedad, auxiliado para sacerdotes y un grupo de funcionarios que lo ayudaban a gobernar, a cobrar tributos o impuestos y a organizar ejércitos.
- Desarrollaron sistemas de escritura y numeración, mostraron un gran conocimiento de las matemáticas y la astronomía, y un gran interés por las artes.
- Tenían una religión politeísta. En todas ellas, la religión era un elemento fundamental para el funcionamiento social.
- La palabra civilización viene del latín civitas, que significa ciudad, de ahí que denominemos civilizaciones agrícolas a estas sociedades.
Finalmente, entre las propias civilizaciones agrícolas, había diferencias, dado que se desarrollaron en sitios y tiempos distintos, cada una adquirió características especiales que las distinguían de las demás. El contacto que mantuvieron generó un enorme enriquecimiento cultural del cual somos herederos.