Emigraciones y colonizaciones europeas
Detrás de los exploradores europeos, llegaron a África, América y Asia, muchos otros hombres y mujeres a colonizar las tierras que habían encontrado. Generalmente los primeros fueron soldados que conquistaron y muchas veces masacraron a las poblaciones nativas. Los conquistadores españoles más importantes fueron: Hernán Cortés en Mesoamérica y Francisco Pizarro en los Andes. Estos soldados venían a las nuevas tierras en busca de riquezas y poder y estaban dispuestos a cualquier cosa para lograrlo; así como para forzar a los nativos a trabajar para ellos. Luego llegaron los misioneros, es decir, los sacerdotes que buscaban evangelizar a los nativos recién sometidos.
Los franceses fueron los primeros en establecerse en América del Norte a partir de 1534. La gran mayoría eran comerciantes que veían a comprar los productos de los indios de la región, como pieles de animales y metales preciosos. Estos comerciantes no dominaron por la fuerza a los nativos, sino que incluso los vendieron armas para que pudieran cazar mejor. Junto con ellos llegaron también misioneros para evangelizar a los indios, aunque no por la fuerza, como los españoles.
Los ingleses establecieron en América del Norte. Los colonos que llegaron fueron campesinos y artesanos que habían huido a Europa porque eran perseguidos por sus creencias religiosas. Estos hombres y mujeres vinieron a América a vivir de su trabajo y de acuerdo con los preceptos de su religión.
Los franceses e ingleses fundaron pueblos y ciudades y no tuvieron mucho contacto con los indios, salvo para comprarles, a previos bajos, las tierras que necesitaban y luego para desplazarlos por medio de guerras. Como se consideraban «elegidos» de Dios para ser salvados, los puritanos y otros protestantes no se preocuparon por evangelizar a los indios. Estas diferencias en la colonización marcaron también grandes diferencias entre las sociedades de las colonias que establecieron.