El capitalismo comercial y el surgimiento de la burguesía
La economía agrícola y feudal de la Edad Media había dado paso a una economía urbana. El resurgimiento de las ciudades autónomas, el mayor uso de la moneda como medio de intercambio, las nuevas demandas de productos así como un comercio más pujante, favorecieron el surgimiento de un nuevo grupo social: la burguesía. Los europeos alcanzaron el éxito en sus empresas coloniales debido a la modernización de los reinos, que centralizaron el poder en la figura del monarca, crearon burocracias eficientes, organizaron ejércitos poderosos e hicieron buen uso de sus recursos. Entre esos reinos destacan las ciudades Estado de Italia y Alemania (siglo XV), Portugal y España (siglo XVI), Francia, Inglaterra, Suecia, Prusia y los País Bajos (siglo XVII).
Durante el periodo de los grandes viajes de exploración algunos monarcas fortalecieron y enriquecieron el poder de sus Estados. Estos monarcas siguieron la nueva teoría del mercantilismo que postulaba el aumento del poder del Estado por medio de la acumulación de metales preciosos como oro y plata. En el siglo XVII, el poderío de un monarca se medía por la fortaleza de su Estado, las riquezas que poseía, el tamaño y lujo de su corte y la supremacía de sus ejércitos. Para incrementar sus riquezas, el reino debía exportar o vender más e importar o comprar menos. Así podría acumular más bienes y capital.
Las colonias jugaron un papel importante en el desarrollo del mercantilismo y del mercado mundial, ya que fueron fuentes de riqueza. Debían enviar a Europa oro y plata (Nueva España y Perú), especias (Indias orientales), azúcar (Brasil), algodón y tabaco (Virginia). Los poderes europeos compitieron por apoderarse de la enorme riqueza de las colonias. Cuando fue necesario, se enfrentaron unas contra otras en guerras largas y sangrientas.