Avance científico y tecnológico
La industrialización ha acarreado consecuencias abrumadoras. Incrementó claramente el poder del estado, especialmente en lo que se refiere a la producción militar. El proceso alteró incluso a sociedades que no estaban directamente inmersas en la industrialización. Las economías industriales adquirieron ventaja sobre las sociedades que seguían basándose en la agricultura, un desequilibrio que todavía afecta a las relaciones económicas mundiales.
Los progresos industriales, que se iniciaron en Inglaterra en el siglo XVIII para luego propagarse por todo el mundo, han continuado sin interrupción hasta nuestros días.
La industrialización cambió muchos aspectos de la vida. Pero, a partir de 1860, se observa un nuevo avance en la evolución de la ciencia y la tecnología, producido por el desarrollo de las ciencias de la naturaleza.
A este periodo se le conoce con el nombre de Nueva Revolución Industrial o Segunda Revolución Industrial, caracterizado por la aplicación de la tecnología a todos los aspectos de la existencia humana.
Avance científico y tecnológico
La Segunda Revolución fue precedida por tres acontecimientos de enorme trascendencia: el proceso Bessemer para producir acero, inventado en 1856; el perfeccionamiento de la dínamo, más o menos en 1873, y la invención del motor de combustión interna, en 1876.