Los tratados de paz
Conocido como el acuerdo de paz firmado, tras la conclusión de la I Guerra Mundial, entre Alemania y las potencias aliadas vencedoras el 28 de junio de 1919 en la galería de los Espejos del palacio de Versalles, próximo a París. Fue negociado durante la conferencia de paz celebrada en Versalles, que comenzó el 18 de enero de 1919.
También fueron importantes los tratados de Saint Germain y Trianón, firmados el 10 de septiembre de 1919 y el 4 de junio de 1920, impuestos respectivamente a Austria y a Hungría, y que determinaron la disolución política del imperio austrohúngaro.
En agosto de 1920 se sucribió el tratado de Sevres que, junto al de Neully, de 1919, consagraron el desmembramiento del imperio Turco, el cual quedó reducido en Europa a Constantinopla y en Asia a Anatolia, mientras Siria quedó bajo el mandato de Francia y Palestina e Irak bajo el de Inglaterra.
En Versalles
Para lograr la paz fue necesario que los aliados obligaran a los alemanes a firmar el armisticio, aceptando las exigencias de los vencedores. Esto ocurrió en un vagón en los bosques de la Compiegne (Francia). Pero las condiciones finales debían concretarse en un tratado.
En París y Versalles los representantes de las potencias vencedoras comenzaron sus reuniones para trazar las nuevas fronteras de los territorios ocupados, conforme a sus intereses. La tesis norteamericana, sustentada por el Presidente Wilson, de respeto a las naciones vencidas no fue compartida por sus alíados. El representante de Francia, Clemenceau, fue irreductible en sus demandas contra Alemania; el inglés Lloyd George gestó para su país el acrecentamiento del dominio en los mares y la expansión de su imperio colonial, y Vittorio Emmanuele Orlando, Primer Ministro de Italia, insistió en el término del imperio austro-húngaro.
El Tratado de Paz se firmó, finalmente, el 28 de mayo de 1919, en Versalles, pero dejando lugar a muchos resquemores y un problema serio en el corredor de Danzig, que daría lugar más tarde a la Segunda Guerra Mundial.
El Tratado
El Tratado de Versalles constaba de 453 artículos. Una parte se refería a la constitución de la Sociedad de Naciones, con sede en Ginebra, destinada a mantener la paz y garantizar la independencia de las naciones pequeñas.
Por el Tratado, Alemania perdía su categoría de gran potencia. Sus pérdidas territoriales fueron considerables, ya que se vio mermada en el 13 por ciento de su territorio. Debió ceder Alsacia y Lorena a Francia; Eupen y Malamedy a Bélgica; Posnania y Prusia occidental a Polonia. Fueron plebiscitados territorios de la región meridional de la Prusia oriental, que quedó para Alemania, y la Silesia superior, parte de la cual pasó a Polonia. Para darle salida al mar a este nuevo estado, Danzig, en la desembocadura del río Vístula, se constituyó en ciudad libre, puesta bajo control de Iá Sociedad de las Naciones. Por ello, Alemania perdió su unidad territorial, ya que Prusia oriental quedó separada del cuerpo de la nación por el Corredor polaco de Danzig.
También Alemania fue obligada a pagar las reparaciones materiales, o compensaciones por 105 destrozos causados en los países ocupados y por las atenciones a los mutilados y huérfanos de guerra. En esa época, se estimó este pago en 300 mil millones de francos.
Fin de los imperios
Como resultado de este Tratado, el imperio austro-húngaro quedó reducido a una minúscula Austria y a una pequeña Hungría. A Rumania se le adjudicó la Transilvania; con Bohemia, Eslovaquia y Moravia, se constituyó Checoslovaquia, y con servios, montenegrinos, croatas y eslovenos, nació Yuyoslavia. Bulgaria perdió territorio en favor de Grecia, nación que fue la más favorecida, en desmedro de Rumania y Turquía; las islas del Dodecaneso pasaron a Italia y Chipre quedó en poder de Inglaterra. A raíz de la revolución soviética, se separaron de Rusia y se convirtieron en estados soberanos Finlandia, Letonia, Lituania y Estonia. Los tratados de paz significaron el despedazamiento de los cuatro grandes imperios existentes al comenzar la guerra: austro-húngaro, otomano, ruso y alemán.