Desarrollo del niño
Crecimiento humano , proceso mediante el cual los seres humanos aumentan su tamaño y se desarrollan hasta alcanzar la forma y la fisiología propias de su estado de madurez. Tanto el aumento de tamaño como la maduración dependen de que exista un aporte adecuado de sustancias nutritivas y de vitaminas, y de que se produzcan las distintas hormonas necesarias.
Uno de los cambios más llamativos que tienen lugar durante las primeras fases del crecimiento es el aumento de tamaño del tronco y de las extremidades con respecto a la cabeza. Este hecho se produce porque casi toda la masa cerebral se ha formado antes del nacimiento. Sin embargo, el cerebro aún tiene que experimentar un proceso de maduración que depende de la tiroxina. El cuerpo también incrementa su tamaño durante unos quince años, en un proceso que se debe en gran parte a la secreción de hormona del crecimiento.
La producción de esta hormona tiene especial importancia en el crecimiento y para el endurecimiento de los huesos, que tiene lugar hasta los 25 años de edad. Además del cerebro hay muchos órganos que continúan madurando después del nacimiento. Algunos de estos órganos son el hígado, el corazón, los pulmones y el sistema inmunológico, así como el aparato reproductor. En el adulto, ciertos órganos como el hígado y los huesos aún son capaces de crecer si sufren una lesión; los elementos implicados en la formación de la sangre se multiplican durante toda la vida.
Entre las enfermedades relacionadas con el crecimiento se encuentran la acromegalia, el enanismo, el gigantismo y el cretinismo.
Después de que el niño nace, puede ver, percibir ruidos del ambiente, escuchar voces y realizar distintas actividades reflejas. A medida que crece, va logrando un desarrollo en lo social, el lenguaje, los movimientos, etcétera. Sin embargo, la evolución del menor depende de sus propias características y de la estimulación del medio.
Según ciertos patrones establecidos, de acuerdo a la edad, algunos logros en su desarrollo son:
– Primer mes: duerme la mayor parte del tiempo, por lo tanto sus movimientos son escasos, excepto en los momentos de la alimentación y muda. Cuando no duerme o descansa es capaz de agarrar el dedo de una persona, si éste es colocado en su palma. Sonríe al observar el rostro de un conocido, generalmente la madre.
– Sexto mes: mantiene la cabeza y la espalda erguidas, se sienta con apoyo, es capaz de volver el rostro para mirar algo que le interesa. Tomar objetos y los pasa de una mano a otra. Responde a sonidos familiares, dirigiendo su mirada a la persona que le habla, además se lleva los objetos a la boca.
– Noveno mes: puede mantenerse de pie por un momento si tiene apoyo y podría gatear. Comienza a realizar movimientos más finos, por ejemplo, tomar objetos pequeños con su dedo pulgar e índice. Grita, sostiene su mamadera, emite ruidos y masca alimentos sólidos.
– Un año: se mantiene de pie y camina de lado con un apoyo, alrededor de los muebles. Ya tiene una gran actividad, tira los juguetes y observa su caída, obedece ciertas órdenes, y coopera para que lo vistan.
– Año y medio: camina sin dificultad, puede subir y bajar escaleras apoyado. Juega tirando la pelota, rayando papeles, y con cubos armando torres. Su lenguaje es más amplio, pronuncia ciertas palabras y comprende otras. Puede manifestar algunas necesidades, y usa mejor la cuchara.
– Dos años: se desplaza con facilidad, corre, tiene buen equilibrio, es capaz de patear una pelota, y de abrir y cerrar puertas. Además, se concentra observando un libro pasando una a una las hojas, puede ponerse ciertas prendas de vestir, elabora frases cortas y pide alimentos.
– Tres años: usa armónicamente ambos pies para subir las escaleras, camina en las puntas de los pies, puede andar en triciclo o bien en objetos de tres ruedas (pedalear). Copia trazos con mayor precisión, usa partes para formar un todo más complejo, comienza a compartir con otros, ordena sus cosas y, además de la cuchara, usa el tenedor para comer.
– Cuatro años: sus movimientos son mucho más seguros y amplios, trepa muebles y árboles. Puede transcribir letras y ciertas formas (dibuja), habla con mayor fluidez, demuestra su inteligencia, puede vestirse y desvertirse solo.
– Cinco años: sus movimientos son armónicos y coordinados, baila rítmicamente de acuerdo a una música, corre sobre la punta de sus pies, patina, copia letras sin mayor ayuda y dibuja figuras geométricas. Se asea, se seca las manos y se lava la cara solo, usa servicio completo, relata y representa cuentos con detalle.