Radiactividad artificial
En 1933 fue descubierta la radiactividad artificial por los esposos Joliot-Curie. Observando como el aluminio y el magnesio, bombardeados con partículas , producían un flujo de partículas nucleares que continuaban por algún tiempo, incluso al cesar las partículas .
Las partículas producían, al chocar con el aluminio, núcleos inestables, que al cabo de unos minutos volvían a ser estables: lo mismo que sucede con el uranio, que se forma en radio y, finalmente en plomo estable.
Tras el descubrimiento de Joliot-Curie, Enrico Fermi (1901-1954) empleo neutrones para la radiactividad artificial, para ello se precisaba, una intensa fuente de partículas , con el fin de liberar neutrones del núcleo de berilio.
Se eligió la emanación del radio, elemento muy radiactivo, descendiente del uranio. Su radiactividad se reduce a la mitad en cuatro días.
Mientras que con las partículas solo se había logrado provocar la radiactividad artificial en algunos elementos ligeros, mediante los neutrones se consiguió producir muchas sustancias radiactivas artificiales, tanto de átomos ligeros como pesados.