El protoplasma
En la base de la organización de todo individuo está la célula, y en la célula el protoplasma, en cuya compleja estructura morfológica y química reside el principio de todas las funciones vitales.
Inicialmente la organización morfológica de la célula sólo se conocía a través de los medios ópticos.
Dentro de los límites de su poder resolutivo; con la introducción del microscopio electrónico amplió notablemente los conocimientos sobre la estructura celular, al conseguirse aumentos hasta 200 veces superior a los obtenidos por los medios ópticos.
El protoplasma está formado por las sustancias, en estado coloidal:
– Agua: 75 a 80% del protoplasma, de funciones estructural, transportadora, termorregulador, disolvente, lubricante.
– Sales o electrolitos: de funciones estructurales y reguladoras de pH (nivel de acidez): K(Potasio), Mg(Magnesio), P(Fósforo), S(Azufre), Na(Sodio), Cl(Cloro)
– Proteínas: 10 a 15% del protoplasma, son moléculas orgánicas de diferentes tamaños formadas por aminoácidos, su composición química es de Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno, lo que nos da una cadena de aminoácidos. Sus funciones son estructurales (uñas, cabello); Hormonal (hormonas, por ejemplo insulina)
– Enzimas: compuestos de proteínas que aumentan la velocidad de una reacción química (catalizador biológico); y de Transporte (transporte de oxígeno)
– Carbohidratos: que son la fuente de combustible de las células y son moléculas que se componen de Carbono, Hidrógeno y Oxígeno. Sus funciones son almacenar energía para la célula (como fuente primaria) y constituir las paredes celulares.
– Lípidos: grasa neutra, fosfolípidos, colesterol, que son sustancias indisolubles en agua pero solubles en solventes orgánicos. Su composición química también es de Carbono, Hidrógeno y Oxígeno.
Sirven como reserva de energía, de aislante térmico y para formar la membrana celular que le da protección a los órganos y estructuras celulares.