Cactáceas
Grupo compuesto de unas 1 500 especies, casi sin excepción americanas, viven en gran abundancia y diversidad de especies en las altas mesetas y tierras desérticas de México y en la Baja California; numerosas también las que pueblan las punas y campos de América del Sur. Adaptadas a la sequedad, rehúyen mejor los lugares húmedos que las bajas temperaturas, y así se extienden hacia el interior de las zonas templadas y escalan en Los Andes. Otras, se dan en las selvas, dendrícolas, asidas por las raíces de las ramas de los árboles y colgando de ellas sus tallos filamentosos o cinteados.
El céreo gigante (Cereus giganteus), propio de Sonora y Arizona, que alcanza hasta 20 m de altura, está constituido por un eje con escasas ramas laterales. En cambio, el céreo del Perú (Cereus peruvianus), de América del Sur, se ramifica a menudo, formando una copa sobre la base leñosa y gruesa de su tallo primario. Viven los céreos en gran abundancia en México; se extienden además hasta California y en gran parte de América meridional, con unas 200 especies en total. Por la belleza de sus flores, que se abren al oscurecer, se cultivan las reinas en la noche (Cereus grandiflorus y C. nycticalus), de México y las Antillas; en esta especie los pétalos son parduscos y amarillos en aquélla. Flores purpúreas, magnificas, quizá las más hermosas, las tiene Cereus speciosus, también mexicano.
La higuera chumba, originaria del centro y sur de América, se cultiva en todos los países tropicales y subtropicales, en los terrenos secos, por sus frutos comestibles, los higos chumbos, provistos, como las palas, de menudas espinitas. Es planta que se presta mucho, además, para formar setos vivos, y resiste sin cuidados los terrenos más secos y pobres.
Otras se encuentran adaptadas a la vida alpina, crecen con sus artejos muy apretados, en forma de cojinetes cubiertos de pelo, que semejan manchas de nieve vistas de lejos. Tales, como: Opuntia lagopus, O. inermis y O. floccossa, de los Andes de Perú, que crecen hasta más de 4 000 m de altitud en las proximidades del lago Titicaca.
El nopal de la cochinilla (Nopalea coccinellifera) pertenece al género Nopalea, que se distingue del anterior por sus flores, con estambres largamente exertos. De este género no se conocen más de 4 ó 5 especies de tallos articulados como las chumberas, arbustivas o arbóreas y es originaria de México.