Mamíferos fósiles
Así como el Mesozoico se caracteriza por el extraordinario desarrollo, variedad de formas y tipos de adaptación de los reptiles, el Neozoico es la edad del dominio de los mamíferos, que aunque con antecesores, en general muy poco conocidos, de talla pequeña y aspecto uniforme, originados durante el Secundario, no llegan a expansionarse y diferenciarse en grupos morfológicos y adaptaciones múltiples hasta los indicados tiempos del Terciario.
Por la gran abundancia de mamíferos vivientes, adviértense mejor que en otros grupos biológicos las diversas adaptaciones mecánicas a géneros especiales de vida, adquiriendo formas semejantes a las de otros grupos de vertebrados. Así sucede, por ejemplo, con los mamíferos de vida pelágica, tales como los delfines, que presentan la misma disposición morfológica y mecánica de los ictiosaurios, entre los reptiles, o que los tiburones, entre los peces.
La forma insectívora
Los zoólogos y paleontólogos que se han ocupado de la filogenia de los mamíferos, coinciden en suponer que la antigua forma antecesora corresponde a los de tipo insectívoro, pues esto indica los caracteres de la dentición de los mamíferos primitivos del secundario.
El modo de existencia que éstos tendrían sería una vida terrestre, con tendencia hacia la arborícola, como las musarañas actuales y, en especial, las tupayas africanas.
A partir de esta forma hipotética insectívora y terrestre arborícola, con patas acondicionadas a la vez para trepar y marchar, los mamíferos radiarían por adaptaciones a otros medios ambientes, hasta adquirir, en el transcurso de los tiempos geológicos, diversos tipos morfológicos y locomotores, que se observan en las formas fósiles del Terciario, y que aún subsisten con gran variedad en la fauna viviente.
Orígenes
Los mamíferos más antiguos se encuentran en las capas del final del Triásico, que contienen también el grupo de reptiles primitivos de los teromorfos, que por la diversificación de las formas de los dientes en un mismo animal, y por otros caracteres, presentan grandes analogías con los mamíferos.
Sin embargo, no debe admitirse en éstos una descendencia directa de tales reptiles, los cuales corresponden a la extrema diversificación de un grupo en vías de extinción, sino un parentesco colateral. Por esta causa debe buscarse el origen del grupo que estudiamos en una época algo anterior.
Evolución
Los fósiles de los primitivos mamíferos del Triásico son conocidos, en general, por restos muy incompletos: mandíbulas y dientes aislados. Faltan los esqueletos o los ejemplares con muchas piezas óseas. Como las formaciones continentales no son muy abundantes en el Jurásico, es al final de esta época cuando vuelven a encontrarse mamíferos primitivos. En éstos ya se advierten variaciones de forma en los dientes, en relación con un régimen nutritivo distinto. Se salta al Cretácico superior para volver a encontrar mamíferos primitivos, que terminan al principio del Eoceno.
Al llegar los tiempos del Terciario, los mamíferos, que durante el largo transcurso del mesozoico han estado reducidos a pequeñas formas de tipos muy primitivos, adquieren con rapidez insólito desarrollo, reemplazando a los reptiles. Estos mamíferos del Terciario corresponden, unos, a los marsupiales, que se suponen herederos directos de los tipos primitivos del Mesozoico, y que llegando hasta ser vivientes en la actualidad (canguros, zarigüeyas), decrecen en el transcurso de los tiempos geológicos y no son ahora sino restos de un grupo en vías de extinción.
Otros adquieren, probablemente al final del Mesozoico, la singular aptitud de que el feto se desarrolle en el interior de la matriz, nutriéndose por la placenta, resultando los mamíferos vivíparos placentarios. Estos adquieren pronto gran auge y constituyen casi la totalidad de la fauna de mamíferos del Terciario y actuales. Algunas de las mas destacadas son:
– Marsupiales fósiles,
– Titanotéridos,
– Antecedentes de los elefantes,
– Antecedentes de los cetáceos,
– Los simios,
– Lemúruios,
– Platirrinos, y
– Catirrinos.