Genética
Genética, estudio científico de cómo se transmiten los caracteres físicos, bioquímicos y de comportamiento de padres a hijos. Este término fue acuñado en 1906 por el biólogo británico William Bateson.
Los genetistas determinan los mecanismos hereditarios por los que los descendientes de organismos que se reproducen de forma sexual no se asemejan con exactitud a sus padres, y estudian las diferencias y similitudes entre padres e hijos que se reproducen de generación en generación según determinados patrones.
La investigación de estos últimos ha dado lugar a algunos de los descubrimientos más importantes de la biología moderna.
Variación de las poblaciones
La ley de Hardy-Weinbergestablece que la frecuencia génica, frecuencia de los distintos alelos de un gen dado, permanece constante de una generación a la siguiente si la selección natural y los factores aleatorios no actúan para producir cambios. No obstante, estas frecuencias pueden cambiar si actúa la selección natural, permitiendo, en algunos casos, crear modelos espaciales.
Cada especie está dividida en diversas variedades o poblaciones locales, es decir, en grupos de individuos que habitan espacios limitados del área total sobre la que está distribuida la especie.
Todos los componentes de una población son capaces de reproducirse cruzándose sin limitación; por ello, se dice que una de las características fundamentales de esta unión biológica es su panmixia.
Los individuos de un grupo conservan potencialmente la capacidad de cruzarse con los de las poblaciones próximas, si bien, dada la separación espacial existen entre las poblaciones, en la mayor parte de los casos acaban por buscar los compañeros más adecuados dentro del mismo grupo, pero sin excluir intercambios eventuales entre una unidad y la otra.
La población se define a menudo con mayor precisión como demo, término adoptado en 1931. La genética considera que el ámbito del deme existe un patrimonio muy preciso de genes. Una población, aun presentado una serie de características morfológicas y funcionales homogéneas en conjunto, muestran una apreciable variabilidad individual, en parte sostenida genéticamente y en parte derivada de la acción del ambiente.
La variación, es muy amplia en la población humana: ni siquiera dos gemelos son en realidad totalmente idénticos entre sí. Resulta variable la estatura, el número de glóbulos rojos de la sangre, el latido cardíaco, las impresiones digitales.
Todo ser vivo, animal o vegetal, es siempre el resultado de la interacción entre su patrimonio genético y el ambiente en el que vive.
El fenotipo y su variación
La variación fenotípica no es heredable. Está limitada a la generación en la cual se ha producido, y no reviste importancia en el referente a la evolución.
Existe otro tipo de variación individual, ligada al diferente surtido del material genético, o bien derivada de las transformaciones azarosas que pueden sufrir ese material en el transcurso del tiempo; se trata de la variación genotípica, transmisible a las futuras generaciones. Representa la condición indispensable para que pueda iniciarse un proceso evolutivo.