Hipótesis neomovilistas
Teoría de Taylor
Para Taylor, la tierra ha tenido siempre unas características geotérmicas análogas a las actuales, por lo que resulta imposible atribuir los plegamientos a una contracción por enfriamiento. Para Taylor la atracción lunar es la fuera decisiva, y según su criterio la traslación continental es un fenómeno con grandes analogías con las mareas. La idea de Taylor difiere de la de Wegener en que acepta una traslación general hacia el ecuador con desviación hacia el este para Asia y hacia el nordeste para Australia.
Las masas continentales que en un principio formaban una Pangea, se han ido deslizando sobre el sima viscoso, de manera desigual según los obstáculos que encontraban a en su emigración. De este modo mientras en África, Arabia y la India formaron una región desde largo tiempo, Eurasia emigraba hacia el ecuador, estrujando los sedimentos acumulados en el Thetys. Austria se desplazaba hacia el nordeste, al propio tiempo que el continente americano marchaba hacia el oeste.
Teoría de Daly
En sus concepciones, Daly intenta hacer compatibles los criterios fijistas y movilistas. Acepta, en principio, la contracción de tipo radiactivo como fuerza propulsora inicial de los desplazamientos continentales, los cuales habrían sido condicionados posteriormente por la gravedad.
La contracción provocaría la formación de enormes domos litosféricos, por cuyas pendientes se deslizarían las masas siálicas, comprimiéndose y plegándose análogamente a lo que ocurre con un manto de lava solidificado en superficie que se desliza por una pendiente.
Teoría de Staub
Staub, acepta la prexistencia de dos primitivas masas continentales:
- Boreal
- Austral
Endurecidas y consolidadas, flotando sobre un sustrato magmático capaz de producir corrientes. La fuerza inicial determinante es, la rotación terrestre, la cual engendraría en la masa magmática subsiálica corrientes polífugas, que arrastrarían a las masas continentales hacia el ecuador, estrujando a los sedimentos acumulados en los geosinclinales y determinando de esta manera los primeros plegamientos.
Pero el empuje hacia debajo de este geosinclinal ecuatorial determinaría, a su vez, una ruptura en el equilibrio de las masas magmáticas profundas, por sustituir las masas pesadas simaicas por otras siálicas, ligeras. El resultado seria la formación de corrientes polípetas, que arrastrarían ahora a los antepaíses y con ellos a los fragmentos de las montañas formadas, de nuevo hacia los polos. Esta segunda emigración produciría roturas ecuatoriales y, por lo tanto, daría lugar a nuevos geosinclinales.