El vulcanismo
Formación geológica que consiste en una fisura en la corteza terrestre sobre la que se acumula un cono de materia volcánica. En la cima del cono hay una chimenea cóncava llamada cráter. El cono se forma por la deposición de materia fundida y sólida que fluye o es expelida a través de la chimenea desde el interior de la Tierra.
Clasificación de los volcanes:
- En continua actividad, ha estado activo desde la antigüedad.
- En actividad alterna, permanecen en un estado de actividad moderada durante periodos más o menos largos y después se quedan en reposo, o dormidos, durante meses o años.
- Volcanes apagados, después de volverse inactivo, un volcán experimenta una reducción progresiva de tamaño debido a la erosión por agua fluyente, glaciares, viento u olas. En ocasiones el volcán desaparece dejando sólo un conducto volcánico, esto es, una chimenea llena de lava o de materia fragmentada que se extiende desde la superficie terrestre hasta el antiguo depósito de lava.
El cono volcánico
El aspecto del cono volcánico puede ser de dos tipos, conforme a su constitución y forma.
- Cuando están integrados de lavas, tienen una amplia base, y se asciende por sus laderas hacia la cúspide mediante una pendientes suave, como en el Etna en Silicia y el Mauna Loa en Hawai.
- Si están constituidos por detritos sueltos, cenizas. Lapilli y escorias, su forma es más aguda, como el Teide en la isla de Tenerife en Canarias, el Fuji-Yama, en la isla de Nipón Japón.
Ciertos volcanes pueden tener, además del cono principal, otros más pequeños, a los cuales se les denomina conos adventicios.
Erupciones
Son varios fenómenos que suelen anteceder a los paroximos volcánicos. Cuentan con un aumento considerable de salida de vapores por el cráter y la manifestación, en las cercanías de la montaña volcánica, de ruidos subterráneos, semejantes a truenos lejanos, ruidos (retumbos).
En ocasiones los manantiales próximos al volcán se agotan, y en otras, aumenta la temperatura de las aguas. En la parte alta y paredes del cráter se producen derrumbamientos, y por fin se levanta, de manera brusca y violenta, una enorme Columba de humo negro.
Este imponente penacho se eleva a grandes altitudes, conservando algún tiempo su verticalidad. Luego, perdida la fuerza ascensional, se ensancha a manera de gigantesco pino parasol, en volutas redondeadas y de aspecto macizo, que son impulsadas en la dirección del viento.
Cenizas y polvo
La expansión de los gases hará que éstos tiendan a salir con violencia al exterior, arrastrando tras de sí, al mismo tiempo, a la masa pastosa o magma, originando explosiones, tan características en la generalidad de los paroxismos.
A esta primera y violenta explosión suelen seguir otras, ya más atenuadas como:
- La Lava, impulsada por la presión de los gases, encuentran salida, por el cono principal o por los flancos de la montaña, dando lugar a conos adventicios. Poco a poco las lavas descienden hacia las zonas bajas, y van recubriendo con su negruzca masa grandes extensiones de terreno, hasta que, una vez perdida su temperatura, la lava se solidifica y, por lo tanto, la masa rocosa, detiene por completo su avance.
Existe un valle denominado de la Muerte, en Java. Todo ser que se aventura en él muere, debido a que hay una capa de gas carbónico de 1,75 metros, que se desprende de un agujero de 30 metros de diámetro.
- Bombas, las erupciones violentas, en que las explosiones son muy frecuentes, parte de los materiales rocosos que forman el conducto de salida o chimenea son arrancados y lanzados al aire, y formando parte, en un principio de las nubes volcánicas, cayendo sobre los flancos de la montaña como lo son las erupciones de la montaña Pelada en la isla de la Martinica.
- Nubes, Los materiales más finos expulsados en la erupciones, son impulsados por los ases que a gran presión se desprenden del cráter y se elevan a mucha altura, son transportado luego por el viento, pueden recorrer a veces distancias enormes, cayendo a manera de lluvia o quedando suspendidos en la atmósfera por algún tiempo.
- Corriente de lava, en algunas circunstancias, en lugar de salir por la chimenea central, la lava se derrama por fisuras que pueden extenderse a lo largo de varios kilómetros sobre la superficie de la tierra. Las corrientes de este tipo han creado láminas gruesas de basalto que cubren cientos de kilómetros cuadrados.
El resultado de algunas de estas inundaciones de lava puede verse en el oeste de Estados Unidos, por ejemplo en la gran llanura de lava del río Snake en Idaho. En nuestra época se han observado erupciones de fisura, en general de menor escala, en Islandia y en Hawai.
Distribución de los volcanes
Los grandes volcanes de América del Sur se encuentran a distancias de las costas que oscilan entre 150 a 250 kilómetros. Los de Arizona a 500 kilómetros y en Asia y África algunas están en el interior de los continentes, a varios millares de kilómetros del mar.
Las zonas más volcánicas se encuentran en El arco malayo, las filipinas, Japón, las islas Kuriles, las Molucas, Nueva Guinea, las islas Salomón y Nueva Zelanda. Alrededor del pacifico se forma un “círculo de fuego” por los volcanes. En el resto del planeta aparecen diversamente repartidos, sin que aparentemente guarden relación entre sí.
Existe un “círculo tropical” de volcanes en el que se pueden incluir a los de las Antillas, Azores y Mediterráneo. Los lugares de mayor vulcanismo de la Tierra son aquéllos donde se cruzan los mencionados “círculos de fuego” en América central, Insundia.