Formación de una especie

Una vez considerada la teoría de la evolución, debe tratarse con detalle la forma en que se crearon las especies. Se entiende que un grupo de individuos capaces de aparearse entre sí, es incapaz de hacerlo con individuos de otro grupo. Cada especie forma un grupo aislado desde el punto de vista de la reproducción.

Considerando períodos de tiempo muy largos, las especies pueden empezar a transformase en formas nuevas cuando dos o más grupos de una de ellas están separados de modo que no puedan cruzarse.

Ello les permite cambiar o evolucionar, aislados de los otros, hasta alcanzar un estadio en el que, aunque se les junte, no pueden aparearse y producir una progenie viable (híbridos capaces de vivir y reproducirse).

Una vez aisladas dos poblaciones, se verán influidas en diversas formas y, como resultado, presentarán distintos elementos genéticos, tales como la selección natural y mutación de genes. Cuando el genotipo de las poblaciones locales es tal que no puede cruzarse con los de otras poblaciones locales, éstas son consideradas especies separadas.

Evoluciones convergentes

Evolución independiente de un mismo carácter o de caracteres similares en dos o más especies que pertenecen a líneas evolutivas independientes, por carácter no se entiende en este caso la personalidad, sino cualquier atributo físico o de conducta de un organismo. Estas líneas evolutivas independientes parten de formas ancestrales distintas del carácter estudiado que, poco a poco, convergen en una forma única.

Por ejemplo: en el mar, todos los vertebrados realizan su locomoción de un modo semejante. Todos ellos tienen una fuerte cola para propulsarse y aletas. La forma del cuerpo es aerodinámica para que puedan deslizarse fácilmente por el agua. Cabría la tentación de afirmar que si dos animales poseen todas esas características, deben haber evolucionado en el mismo sentido y, como consecuencia, están estrechamente relacionados entre sí por su forma de vida.

Evolución en miniatura

A través del estudio de las larvas de los animales invertebrados se descubrió que muchos son parecidos en varios aspectos. Ello podría deberse a la evolución convergente o a un origen común. En 1870, el biólogo alemán Ernest Haeckel (1845-1919) estableció su ley de recapitulación, basada en la evolución metazoos.

Haeckel pensó que el “tronco” originario de los metazoos, animales pluricelulares era una bola hueca de células flageladas que fácilmente podrían haberse formado una colonia. Surgió que se movían por el agua en una dirección, causando un torbellino en la parte posterior, donde se reunían partículas de alimentos.

Como resultado la colonia conseguía comida más fácilmente que un solo individuo. Así, las células de la región posterior se adaptaron para absorber las partículas de alimento y por último formaron una cavidad vuelta hacia el interior con una boca y un intestino primitivos. De este modo surgió el género primigenio: Gastraea.

En 1892 estableció la teoría moderna de la evolución. Se formuló la ley original de Haeckel y hoy se piensa que la historia de la evolución de los adultos es el producto de una sucesión de desarrollos completos: la antagonia no resumen la filogenia, sino que la provoca.