Ecología y sociedad
Una de las funciones de la ciencia ecológica es enseñar a respetar, amar y disfrutar de la naturaleza, un patrimonio común a toda la humanidad, cuya conservación afecta e involucra a todos por igual.
Una mayor concienciación del problema pone rápida y abiertamente de manifiesto que la Tierra no es un pozo inagotable de recursos y que sólo una correcta racionalización de los mismos y un esfuerzo común para conseguirlo pueden ayudar a corregir el alarmante desequilibrio ecológico que el Planeta presenta.
Ecología, puestos de trabajo e impuestos
En los últimos años ha empezado a cobrar forma la creación de un impuesto ecológico; consiste en incrementar en un reducido tanto por ciento el importe de ciertos productos contaminantes como la gasolina o bienes escasos como el agua. Dicho impuesto serviría, para costear los gastos de depuración del agua o bien para pailar los efectos de la polución.
La protección del medio ambiente, aunque produce un encarecimiento de los costes de producción, comporta la creación de numerosos puestos de trabajo, hecho que se ha puesto abiertamente de manifiesto en los países que han adoptado tal política con la creciente demanda de empresas de protección industrial.
Ecología y guerra
Cuando se mencionan catástrofes ecológicas se citan sobre todo las causadas por la explotación indebida y abusiva de los recursos naturales del Planeta, los accidentes de tipo nuclear o las fugas químicas, debido a la negligencia de los sistemas de protección y seguridad, o bien las grandes catástrofes naturales como erupciones volcánicas.
Durante la Guerra de Irán e Irak se contabilizaron un mínimo de 545 escapes, causados por el hundimiento de petroleros, a los que deben sumarse las voladuras de conducciones de crudo a los bombardeos a refinerías de petróleo.
Sin embargo, la opinión pública no se concienció realmente del impacto de la guerra sobre el medio ambiente hasta 1991, durante la guerra del Golfo, cuando el vertido de crudo al mar y la combustión de pozos de petróleo fue aplicado abierta sistemáticamente por Sadam Husein como una eficaz táctica bélica, que causo daños ecológicos irreversibles.