Suministro sanguíneo
La vena umbilical suministra sangre arterial al feto (el anhídrido carbónico se libera en la placenta) tras penetrar en él a través del cordón umbilical; la sangre afluye, por una parte, hasta la cara superior del hígado por la rama comunicante de la vena porta, y, por otra, hasta la vena cava inferior por el conducto de Arancio.
La aurícula derecha del feto presenta una válvula (válvula de eustaquio) que dirige la sangre de la cava inferior hacia el agujero de botal, comunicado directamente con la aurícula izquierda; la sangre prosigue después hacia el ventrículo izquierdo y la aorta, para distribuirse finalmente en gran parte por las zonas cefálicas.
La sangre de la cava superior alcanza el ventrículo derecho sobre la corriente que procede de la cava inferior, gracias a la constitución del tubérculo de Lower, situado en la aurícula derecha; del ventrículo derecho pasa a la arteria pulmonar y, por el agujero de Botal, llega hasta la aorta para distribuirse por las porciones inferiores del organismo. La aorta presenta ramas umbilicales que llevan la sangre venosa a oxigenarse a la placenta.
Los órganos fetales que reciben más sangre oxigenada son el hígado, la cabeza y los miembros superiores, por lo que presentan un volumen considerable. En el momento del parto, al instaurarse la respiración pulmonar, se produce la obstrucción del conducto de Arancio y el agujero de Botal, así como el conducto de Botal.