Procedimientos de fosilización
La fosilización consiste en la transformación del resto orgánico, tanto por acciones químicas como mecánicas. Esta puede realizarse por varios procedimientos naturales, que vamos a describir.
Moldeado
El caso más sencillo de fosilización es el moldeado. Un organismo animal o vegetal, o una parte de éste, como, por ejemplo, el caparazón de un molusco, es envuelto por los sedimentos, que se adaptan por completo al exterior del resto orgánico.
Posteriormente, este desaparece por putrefacción de las partes blandas y disolución de la caliza del caparazón, quedando en el interior de la masa sedimentaria, el molde externo del molusco.
El cieno o la arena arcillosa pueden penetrar en el interior del caparazón del molusco, rellenando la cavidad por completo; al desaparecer la cáscara por disolución, sólo quedará un molde interno. También se da con frecuencia el caso de que la cavidad correspondiente al molde externo se rellene por sustancia mineral, mediante proceso de depósito químico o mecánico, y se origina una reproducción o moldeado.
La incrustación se produce depositando las aguas la caliza que traen disuelta sobre las hojas, ramas, insectos, etc. La sustancia orgánica se descompone más tarde, y queda un relieve o un molde de lo incrustado. Aunque la materia incrustable es, por lo general, la caliza, también hay casos en que lo es la sílice o el carbonato de hierro.
Petrificación
La petrificación es el caso más corriente. Un cuerpo orgánico enterrado entre las capas geológicas, pierde, por putrefacción y descomposición, la materia orgánica; pero si los espacios vacíos son rellenados por sustancias minerales aportadas en disolución por las aguas que impregnan el terreno, el cuerpo o resto orgánico se habrá petrificado, transformándose en piedra. En los huesos se reconoce su grado avanzado de fosilización por petrificación, porque son mucho más pesados que cuando no están fosilizados.
Por lo general, es el carbonato cálcico la sustancia fosilizante. También lo son la sílice, los óxidos y los carbonatos de hierro; más rara vez el azufre, como acontece en los moluscos fósiles de Libros (Teruel), y en algún caso, la pirita y el yeso.
Algunas veces la petrificación se realiza reemplazando la sustancia fosilizante, partícula a partícula, casi molécula a molécula, a la materia constitutiva del resto orgánico. En este caso se suele conservar la estructura microscópica del fósil, pudiéndose estudiar sus tejidos.
Los fósiles vegetales se encuentran, por lo común, en estado de moldes, como se observa, por ejemplo, en los helechos del Carbonífero. Las hojas cayeron en el cieno, fueron recubiertas por otra capa de légamo, y el todo, convertido en pizarra arcillosa; la cual, al ser partida en lajas, deja ver la huella de las hojas, muy bien conservada, por la haz y el envés. La materia vegetal suele quedar como una fina película carbonosa.
Pero, en general, los vegetales de otras épocas geológicas se encuentran formando masas considerables, constituyendo las turbas, lignitos y hullas.